
El director de la Marina Mercante asume la responsabilidad y dice que su superior fue informado a posteriori Asegura que la ley le impedía llevar un buque en malas condiciones a un refugio.
02 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.El director general de la Marina Mercante, José Luis López-Sors, asumió ayer en solitario la decisión de alejar el Prestige y desvinculó al ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, de la toma de una medida «exclusivamente técnica». En una declaración maratoniana en el juzgado de Corcubión que el propio imputado pidió que continuara hoy, López-Sors cortó una hipotética hemorragia del caso Prestige hacia la dirección política de Fomento y, de paso, concentró todo el interés judicial y mediático en su propio papel en la crisis. Los otros dos imputados pasan por tanto a un segundo plano y la declaración el próximo día 9 del delegado del Gobierno, Arsenio Fernández de Mesa, puede reducirse a un mero trámite. «Todas las órdenes técnicas las he dado yo; no recibí recomendaciones de mis superiores más allá de que me comunicaran que podía contar con todos los medios que teníamos a nuestro alcance», aseguró, según fuentes jurídicas. Posteriormente, se limitó a informar a sus superiores, entre ellos el propio ministro de Fomento, quien «respaldó» la decisión técnica. Informe El alejamiento se decretó el día 14 de noviembre, después de recibir el «informe negativo» del inspector marítimo Serafín Díaz, que subió a bordo del buque para encender la máquina. En un principio, sólo se pretendía que el barco «no encallara». Más tarde, la intención era «trasvasar el fuel en aguas tranquilas». Abogados personados en la causa ven una contradicción en la supuesta operación de trasvase. El rumbo noroeste indicado por el ex capitán marítimo Ángel del Real «no era precisamente hacia aguas tranquilas». Y el informe sobre la solidificación del fuel a 3.000 metros de profundidad «hace pensar más en que ya se valoraba el hundimiento». Otras fuentes constatan que el trasvase era el objetivo, «pero había que valorar otros escenarios». El informe verbal de Serafín Díaz que describe los daños del petrolero fue crucial. El responsable de la Marina Mercante recordó que el Plan Nacional de Contingencias y la Ley de Puertos «impiden traer a la costa a un buque con daños estructurales, vertiendo, con gobierno restringido y con peligro de hundimiento». «En cualquier caso -añadió-, la normativa no me autoriza a elegir el lugar de sacrificio o crear un riesgo evidente». Fuentes jurídicas creen que López-Sors debería explicar por qué se pidió consejo al práctico de A Coruña para llevar el buque a ese puerto.