El juez descarta que la orden de alejar el «Prestige» fuera poco después del SOS

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN

GALICIA

Las primeras instrucciones desde la torre «trataban de evitar que el buque derivara a la costa» Deniega una petición de investigación de las consignas que se dieron a los controladores

02 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El juez instructor del caso Prestige , Francisco Javier Collazo, descartó en una providencia fechada el pasado lunes en el juzgado de Corcubión que la orden de alejar el petrolero se produjera tres horas después de que el capitán, Apostolos Mangouras, lanzara la señal de socorro tras detectar la avería, bastante antes de que Fomento admitiera haber decretado el alejamiento. Para el instructor del caso, tan sólo se trata de una maniobra para prevenir que el barco encallara en la costa, cuestión que resulta «compatible» con que «la definitiva orden de alejamiento del buque y mantenimiento del mismo a una distancia de 120 millas de la costa se hubiera adoptado en un momento posterior». En un escrito inusitadamente interpretativo de los sucesos del 13 de noviembre del 2002, el juez considera que las instrucciones dadas desde la torre del Centro Zonal de Control de Fisterra al remolcador Ría de Vigo no suponían en sí mismas una orden de alejamiento efectiva, sino que, a su juicio, no se refieren más que a una «maniobra inicial», «tendente a mantener al buque separado de la costa española a fin de evitar que pudiera derivar peligrosamente hacia ella, tal y como ya declararon en su día el capitán marítimo de A Coruña y el director general de la Marina Mercante», se asegura en la providencia. En concreto, Francisco Javier Collazo se refiere a la conversación mantenida entre los controladores Luis Rodríguez Fungairiño y Manuel Iglesias, y el capitán del Ría de Vigo , Antonio Lampón, a las 18.24 horas del 13-N. En ella, los funcionarios instruían así al remolcador: «Una vez que llegues a la posición del barco, hacia afuera, lo sacas, lo sacas hacia afuera... Las instrucciones son de que cojáis ese remolque y lo saquéis hacia afuera, hacia alta mar». Para los abogados que defienden a Apostolos Mangouras, esta conversación evidenciaría que la torre de control ya tenía órdenes de que había que alejar el Prestige , sin una inspección previa y sin valorar otras alternativas como la opción de refugiar el buque, cuestiones que incidirían perjudicialmente en la imputación del ex director general de la Marina Mercante, José Luis López Sors. Por esta razón, reclamaban al juez que se citara a declarar como testigos a los dos controladores y que se tomara la decisión de recabar las cintas de las conversaciones telefónicas exteriores del centro zonal para comprobar quién había dado la supuesta orden. El juez no sólo rechaza que se practiquen estas pruebas, sino que parece zanjar esta ramificación del caso, al no encontrar «contradicción o discordancia que sea necesario revelar en esta fase de instrucción». Para los abogados del Estado, la decisión refuerza la tesis de que el alejamiento fue una decisión que no se tomó hasta que se evaluó la situación del barco y las posibles alternativas a su envío mar adentro. Fuentes de la acusación de Nunca Máis aseguraron, en cambio, que la providencia «prejuzga» una situación que no compete a la fase de instrucción. Declaración de Balbás También relacionado con la decisión de alejar el Prestige , el juez ha citado a declarar como testigo el próximo día 25 al inspector Fernando Balbás, a quien, supuestamente, el mismo día 13, a las 21.30 horas, se le comunicó que el alejamiento ya había sido decretado.