El buque gallego navega escoltado por una patrullera hacia Reunión, a donde llegará mañana Entre la tripulación, de 40 personas, hay ocho españoles, de los que siete son gallegos
29 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.?l palangrero Apache , de bandera hondureña pero propiedad del armador de Ribeira Antonio Vidal, fue interceptado por la patrullera francesa Albatros a 85 millas de distancia de las aguas jurisdiccionales de las Kerguelen -bajo soberanía francesa en el océano Índico- y a casi 300 de las propias islas, según evidencia la posición registrada por el satélite cuando el capitán del barco lanzó una llamada de socorro. La alerta fue disparada en el momento en el que el pesquero gallego fue atacado con tres cañonazos por parte del barco de la Armada gala, proyectiles que impactaron en la proa del buque. El armador del Apache afirma que, según las posiciones del localizador satelitario, su barco no sólo estaba fuera de aguas francesas cuando fue apresado, sino que ni siquiera se encontraba dentro de los caladeros de la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos de la Antártida (CCAMLR), zona de la que había salido el martes 22, tres días antes del apresamiento del pesquero. El propietario del buque retenido reprocha que, cuatro días después del abordaje, Francia todavía no les haya comunicado los cargos que les imputa. Al parecer, Francia mantiene que el pesquero gallego atravesó su zona exclusiva con 60 toneladas de merluza a bordo y sin comunicarlo previamente. Pero el armador sostiene que no es así, que el barco -tal y como prueban los documentos de que dispone- hizo saber a las autoridades francesas su intención de entrar en aguas de las Kerguelen el día 17 y, de hecho, el buque recibió confirmación de que podía hacerlo tras informar de su rumbo, posición y velocidad. Además, no tuvieron problemas hasta el día 21, tres días después de haber atravesado las aguas francesas. Amenazas El empresario ribeirense abunda en que el día 22, el barco recibió un fax que, en tono amenazador, conminaba al capitán del Apache a abandonar, ya no las aguas de CCAMLR, sino a dejar el océano Índico y no regresar, «si no quiere tener el mismo resultado que con su último barco, el Viarsa 1 ». Y es ahí donde, según Antonio Vidal, radica el problema. Sostiene que los franceses se movilizaron cuando conocieron su relación con el palangrero que su empresa tenía alquilado a una firma uruguaya y que fue apresado por Australia el verano pasado. En este sentido, Vidal recuerda que casi un año después del apresamiento los australianos no han podido aportar ni una prueba de que el palangrero haya pescado ilegalmente en su zona. El armador admite que el Apache no tiene aún licencia de pesca, pues disponía por tres meses de una bandera de tránsito de Honduras a la espera de que le fuese concedida la licencia. Ahora bien, tampoco estaba pescando, sino que esperaba la llegada de un mercante para abastecerse de combustible. En cuanto al pescado que el buque lleva en sus bodegas, asegura que fue capturado en el banco de Williams?cuando el pesquero tenía bandera americana y licencia para aguas internacionales.