Tres coches patrulla de la Guardia Civil revisaron ayer de arriba a abajo las carreteras y caminos del municipio de Sober. Buscaban a José Carnero o a su coche, un Seat Córdoba que desapareció con él el fin de semana y en el que finalmente se accidentó en Pontevedra.
La puerta de la casa de O Couto en la que se produjo el crimen permanecía ayer cruzada con precintos de plástico de la Guardia Civil que avisaban que estaba prohibido pasar. Por un lateral, sin embargo, era posible ver, solo con acercarse desde la carretera, el patio interior de la vivienda y la puerta de la cuadra en la que fue encontrado el cuerpo de la víctima.
Durante toda la jornada los vecinos de la aldea de O Couto asistieron entre sorprendidos y preocupados al trajín de coches de la Guardia Civil y de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión que trataban de obtener imágenes del lugar del suceso y testimonios de quienes conocían a José Carnero.
La mayoría insistían en que José O Chucán (y no O Chugán, como por error informamos ayer) no era una persona problemática, aunque sí poco sociable. «Eu tiña un trato normal con el, pero falábamos pouco porque o que a el lle gustaba de verdade era o fútbol, e non somos do mesmo equipo», comentaba ayer un hombre que vive a veinte metros de José Carnero. Los familiares del supuesto homicida, sin embargo, guardan silencio. Son los últimos que lo vieron el sábado por la tarde en el hospital de Monforte, adonde acudió para acompañar a su padre enfermo, que moriría al día siguiente. Lo encontraron muy alterado. Se supone que en aquel momento la víctima ya llevaba varias horas muerta.