Una semana a la luz de las velas

Luís A. Núñez

GALICIA

Con o sin temporal, los habitantes de Mañón denuncian continuos cortes en el suministro eléctrico, que también afectan a la red de telefonía rural

22 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los vecinos del ayuntamiento más septentrional de la Península, el de Mañón, se sienten «abandonados de la mano de Dios». Tal es así que numerosas viviendas de la zona de Estaca de Bares y establecimientos de turismo rural allí ubicados pasaron la última semana literalmente incomunicados. En estos lugares se utilizan aún líneas de transmisión telefónica por antenas denominadas TRAC (Teléfono Rural de Acceso Celular), que funcionan con baterías y, por tanto, precisan de corriente eléctrica. Las líneas por cable son un privilegio reservado para núcleos urbanos como O Barqueiro.

Los propios vecinos denuncian que los tendidos pasan a escasos metros de los árboles, con lo cual, una simple rama que se desprenda por causa del viento puede tirar abajo todo el sistema, mientras que la legislación obliga a mantener una distancia de seguridad entre los cableados aéreos y las masas forestales. Lo sucedido durante la última semana lo definen como «desastroso». Se registraron cortes de luz por todo el municipio, y eso repercutió, en algunos casos, en las propias líneas que comunican a estos núcleos con el resto del mundo.

Desde la Asociación para o Desenvolvemento Turístico da Comarca do Ortegal, integrada por 32 empresarios de casas y hoteles rurales de la zona, lo consideran aún más grave. Javier Pardo regenta El Semáforo de Bares, un pequeño hotel rural de camino al faro situado más al norte de toda España, y ha vivido un verdadero tormento. «Esta mañana [por ayer] vinieron a arreglarnos la línea», cuenta. Llevaba desde el miércoles pasado sin poder tramitar reserva alguna por una caída de la red. Fuentes de Telefónica confirmaron ayer que, debido al reciente temporal, han tenido que afrontar más reparaciones de lo habitual en toda Galicia, y explicaron que, en casos así, se establecen prioridades, aunque matizan que tratan de subsanar las averías en el máximo de cuatro horas.

Pardo quita hierro a las continuas caídas de luz siempre que su establecimiento no se quede incomunicado; «Y llevamos como unas diez veces ya este año», apunta. Incluso el sábado, con el comedor a rebosar de gente, cuenta que tuvieron que servir la cena a la luz de las velas. ¿Y cómo se lo tomaban los comensales? «Pues salieron contentos y decían que era todo muy romántico», dice el hostelero. A excepción de cuando el grupo a gasoil que utilizan para paliar estas crisis se vuelve insuficiente para encender la cocina.

Más preocupante sería que fallase el suministro en el faro de Estaca de Bares, a poca distancia del establecimiento de Javier Pardo. Y también allí se constataron apagones continuados durante los días pasados, pero disponen de un sistema electrógeno que entra en funcionamiento cuando hay problemas.

«Con y sin temporal»

El propio alcalde del municipio, el conservador Emilio Balseiro, reconoció ayer que Mañón lleva una temporada «sin luz a cada poco, con temporal y sin temporal». Y atribuye todos los problemas a la subestación eléctrica de Mera, en Ortigueira. «Siempre nos dicen que hay allí una avería», cuenta. El regidor afirma que la situación de impotencia crece con solo mirar por la ventana. Mañón limita con la provincia de Lugo por la ría de O Barqueiro, «y al otro lado se ven las luces de las casas», cuando en su municipio están a oscuras. Esto se debe a que el suministro llega a las dos orillas de la ría a través de compañías distintas. «Voy a enviar un escrito a Fenosa, porque esto no puede ser», concluye el alcalde.

Algunos vecinos se surten ya de grupos electrógenos para salvar situaciones a las que ya se han acostumbrado con el paso de los años. Aún así, son los primeros en reconocer con resignación que «Mañón vive en el siglo XIX».