Los dueños y cinco trabajadores serán juzgados por homicidio imprudente
05 oct 2011 . Actualizado a las 12:02 h.Dos años y medio después de la muerte de un niño de cuatro años, Diego Novo Anido, en las clases de natación del colegio Liceo La Paz, de A Coruña, la jueza que lleva el caso anunció a las partes la imputación de hasta siete personas como supuestos autores de un delito de homicidio por imprudencia, y emplazó al fiscal y a los padres del menor a que presenten el escrito de acusación y soliciten la apertura del juicio oral.
Finalmente, y después de que la Audiencia Provincial revocase el año pasado el sobreseimiento de las actuaciones que impulsó el Juzgado de Instrucción número 3 -la magistrada no veía delito penal alguno en la actuación de los responsables del colegio-, en el banquillo de los acusados se sentarán, aparte de los dos propietarios, la monitora de natación, el socorrista, el coordinador de actividad de piscina, el jefe de estudios y el director técnico.
La jueza repasa en un auto lo que ocurrió en la mañana del 30 de marzo del 2009. La clase en la que murió el menor se prolongó de 10 a 10.30, estando presentes en la piscina tanto la monitora como el socorrista. El protocolo era el siguiente: los niños llegaban al vestuario conducidos por una profesora. Se les cambiaba de ropa y eran conducidos a la piscina, donde los recogía el monitor, que les colocaba los flotadores para luego introducirlos en el agua.
La clase transcurrió sin incidencias hasta que, diez minutos antes de su finalización, una profesora de apoyo ve al niño solo, sin chanclas, en los vestuarios. Nadie supo decir cómo había llegado Diego hasta ahí, pues lo habitual era que los niños pidiesen permiso para ir al baño y que alguien los acompañase, al menos hasta la puerta de los vestuarios. Nadie lo acompañó aquella mañana. Lo cierto es que el crío regresó al agua. Cuando la clase terminó y salieron todos del agua, nadie se percató de su ausencia. Se dieron cuenta de la tragedia cuando entró en la piscina el siguiente grupo.