Las dudas sobre O Irixo pueden retrasar al 2017 la Sogama del sur

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El Plan de Residuos manejaba el 2015 como plazo de su puesta en marcha

14 mar 2012 . Actualizado a las 13:58 h.

El conflicto político creado en torno a la ubicación de la segunda planta de Sogama en el municipio ourensano de O Irixo amenaza con agravar todavía más el problema que Galicia arrastra desde hace años con la gestión de la basura que genera.

El rechazo que el emplazamiento elegido por Estela Eólica ha suscitado entre alcaldes del PP, una oposición que encabeza el barón ourensano José Manuel Baltar, está obligando a la Xunta a matizar su calendario para la puesta en marcha de una incineradora crucial para solventar el colapso del complejo de Cerceda. Desde la presentación del borrador del Plan de Xestión de Residuos Urbanos, en mayo del 2010, el Gobierno de Feijoo ha señalado el 2015 como plazo para la entrada en servicio de esa planta y del resto de las infraestructuras previstas. Ahora, Medio Ambiente ratifica que ese es el objetivo, pero ya puntualiza que la horquilla temporal para que la Sogama del sur empiece a funcionar llega hasta el 2017. En ese supuesto, Galicia tendría que esperar dos años más de lo previsto por una instalación que es imprescindible para dar un tratamiento óptimo a los residuos que ahora no puede garantizar.

Un modelo ideado para el 2001

Esa posible demora acentuaría los retrasos que se han encadenado desde el 2005, cuando la saturación del complejo de Cerceda era ya ostensible. Solo el desinterés político de los sucesivos Gobiernos puede explicar que las estructuras de un plan de gestión concebido para el período 1998-2001 sigan vigentes once años después, cuando la comunidad genera 400.000 toneladas más de basura al año que entonces. Sogama tiene capacidad para tratar 963.000 toneladas al año, lo que equivale al 81 % de lo que producen las cuatro provincias (1,2 millones de toneladas). El resto recibe tratamiento en los sistemas alternativos de Nostián y Lousame.

El problema estriba en que la planta de Cerceda recibe el doble del volumen de residuos para el que está dimensionada, lo que contribuye a que 515.000 toneladas de residuos al año acaben enterrados en vertederos. A esa cantidad se suman 109.700 toneladas procedentes de Nostián y 12.600 de Lousame. Esto implica que el 53,8 % de la basura tiene, además de una elevada factura económica, un grave impacto ambiental. La Xunta asume en el Plan de Residuos el compromiso de bajar ese porcentaje hasta el 24 % en el horizonte del 2020.

En esa estrategia para mitigar el problema de las basuras es clave la planta del sur. Pero su tramitación no despega. Su emplazamiento ha pasado de ser una incógnita a convertirse en un contratiempo político para el Gobierno de Feijoo. Después de manejar sin prisas la decisión sobre la ubicación, para alejarla de las elecciones municipales primero y de las generales después, la Xunta se ha visto abocada a enfriar los ánimos y abrir un debate que no tenía previsto sobre el punto concreto en el que se asentará la planta.

De momento, ha optado por poner la pelota en el tejado de Estela Eólica. Esta empresa, la tercera que recibió más megavatios en el concurso eólico de la Xunta actual, presentó la incineradora de basuras como su proyecto industrial, con el compromiso de invertir 160 millones y crear 278 puestos de trabajo en ese complejo. La compañía ya recibió un primer revés de Medio Ambiente a su propuesta inicial de llevar esa planta al concello pontevedrés de Dozón, en el límite con la provincia de Ourense. La consellería advirtió entonces de que debía buscar una nueva ubicación y trasladar el proyecto a suelo ourensano, con los requisitos de que el enclave elegido debe contar con buenas comunicaciones por autovía y ferrocarril.

La elección de O Irixo parecía despejar el camino para el inicio de las obras. Pero el rechazo popular y político ha llevado a la Xunta a reabrir el debate sobre el emplazamiento. Feijoo sostiene que la decisión no está cerrada, al tiempo que intenta templar los ánimos con ironía. Asegura que la proximidad del complejo de Cerceda no ha mermado la calidad de los grelos y de la leche de la comarca de Ordes, productos de los que dice ser consumidor satisfecho.

Medio Ambiente subraya que el visto bueno al proyecto de Estela Eólica en O Irixo, que tendrá capacidad para tratar más de 350.000 toneladas al año, tendrá como condición «a súa coherencia e conformidade co Plan de Residuos de Galicia e o cumprimento da lexislación ambiental máis rigurosa».

Más alternativas

El departamento que dirige Agustín Hernández abunda en la tesis que el PP está haciendo correr esta semana sobre la ausencia de una decisión definitiva. Advierten en la consellería que «O Irixo non é a única alternativa para construír o novo complexo medioambiental. A Xunta barallará outras alternativas no caso de que o proxecto de Estela Eólica se amose inviable, xa sexa por razóns ambientais, económicas ou tamén de capacidade da propia empresa», explican.

El futuro de la planta que debe aliviar la saturación del complejo de Cerceda seguirá en el aire hasta que el Ejecutivo gallego tome una decisión definitiva. La solución política se demora mientras el problema de Galicia con el tratamiento de sus basuras sigue creciendo.

La demora obligaría a enterrar en dos años 1,3 millones de toneladas de basura más de las previstas

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