
Javier Cruz admite que estranguló a Laura Alonso, pero «no quería matarla»
18 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.«Me llamó cabrón, me dio una bofetada y me escupió. Me enfadé y le eché las manos al cuello. Apreté durante unos segundos, pero no con mucha fuerza, no quería matarla. Luego noté como un chasquido y la solté». Es el escalofriante relato en el que se describe cómo se produjo en la madrugada del 24 de agosto del 2009 la muerte de Laura Alonso, de 19 años. O así fue al menos cómo lo relató su exnovio, la última persona que vio a la joven con vida y quien finalmente se la arrebató.
Javier Cruz González, de 35 años, comparece desde ayer ante la Audiencia Provincial de Ourense, donde un jurado popular se encargará de dictaminar su responsabilidad penal en el crimen, ocurrido en Toén. Durante más de una hora, el homicida confeso contestó a casi todas las preguntas que le formularon tanto el fiscal como los letrados, pero siempre manteniendo una versión con la que trata de justificar lo ocurrido: estranguló a Laura, pero nunca quiso matarla.
Cruz, que lleva tres años en prisión preventiva por estos hechos, contó que Laura y él habían roto meses antes y que en el momento de los hechos cada uno tenía ya una nueva pareja, pese a lo cual seguían viéndose a escondidas para mantener relaciones sexuales.
Tras solicitar que le permitiesen sentarse por estar «muy nervioso», el acusado declaró que, aquella madrugada, tras el encuentro íntimo hubo una discusión: «Ella me recriminó que me hubiese ido a la playa con mi novia, me dijo que a ella nunca la llevaba».
No relató cuál fue la reacción de él a esos reproches y se limitó a repetir que Laura se puso agresiva con él, lo que despertó su ira. «La solté y se vino hacia mí. Creí que estaba haciendo el tonto, pero cuando fui a levantarla me pareció que estaba muerta», relató.
Se deshizo del cadáver
Lejos de pedir ayuda, conducta de la que ahora dice estar «muy arrepentido», Javier Cruz se dispuso a deshacerse del cadáver. Como «no respiraba, no se movía», la colocó en el asiento de atrás de su coche -escenario en el que tuvieron lugar los hechos- y se puso al volante. Condujo unos 15 minutos hacia una pista forestal y, cerca de una finca, se bajó y cargó el cuerpo sobre sus hombros. Caminó unos metros, se agachó y la dejó en el suelo. «No sé cómo quedó», dijo, admitiendo que «supongo que no quería que la encontrasen» para justificar que la joven estuviese bajo unas zarzas. Antes de volver a su casa, llevó el coche de Laura a otro camino y se deshizo de sus objetos personales. Durante los días posteriores, Cruz guardó silencio. Tampoco confesó al ser detenido, después de que se encontrase el cadáver de Laura a los cinco días. «No tenía valor para reconocerlo», alegó. Tras una noche en los calabozos, y al saber que iban a registrar su casa, se derrumbó.
«Fue con las manos»
Respecto al uso de una chaqueta, prenda con la que según las acusaciones Cruz habría matado a Laura, el acusado lo negó tajantemente. «Si la estrangulé, fue con las manos», insistió. El fiscal reclama para Cruz 14 años de cárcel por homicidio mientras que la acusación particular pide 20 por asesinato. La defensa ve lo ocurrido como un homicidio imprudente, penado con un máximo de 4 años. Ayer el padre de Laura, Cesáreo Alonso, reclamó justicia. «Él está en la cárcel, pero puede ver la luz, mi hija nunca podrá verla», dijo conmocionado y arropado por vecinos y familiares con pancartas. La vista en la Audiencia continúa hoy.