Náufragos gallegos del Costa Concordia siguen esperando sus indemnizaciones

Fina Ulloa
fina ulloa OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Unos obreros trabajaban hace unos días en el desguace del Costa Concordia.
Unos obreros trabajaban hace unos días en el desguace del Costa Concordia. FILIPPO MONTEFORTE < / span>AFP< / span>

Algunos continúan en tratamiento con fármacos y atención psicológica

13 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La isla de Giglio recuerda hoy la tragedia del naufragio del crucero Costa Concordia, que se saldó con una lista de 30 fallecidos todavía abierta a la espera de que aparezcan los cuerpos de las dos personas que siguen oficialmente desaparecidas. Algunos de los 4.200 pasajeros supervivientes se han trasladado hoy a este trozo de tierra de la costa italiana para rendirles homenaje, reencontrarse y rememorar sus experiencias. Entre ellos está uno de los diez gallegos que formaban parte del pasaje: Carlos Carballa, vecino de Portonovo.

El resto de los náufragos gallegos no han secundado la iniciativa nacida en las redes sociales. Aseguran que todavía les cuesta ver las imágenes del barco encallado porque les hace recordar las horas de angustia pensando en una muerte inminente. Una sensación de la que no consiguen desprenderse pese a que la mayoría han terminado los tratamientos con psicofármacos o las terapias con psicólogos y psiquiatras. Además del recordatorio constante en los primeros meses motivado por el interés mediático y de conocidos y vecinos, el naufragio les ha perseguido prácticamente durante todo el año por el largo periplo de negociaciones para cobrar las indemnizaciones.

Hoy, un año después, solo la mitad lo ha conseguido. Carlos Carballa fue de los primeros en aceptar la propuesta de la naviera, y también han cobrado ya los tres integrantes de la familia de San Cristobo de Cea -María José Fernández que llevó a sus padres José Virgilio y Anunciación a celebrar sus bodas de oro- así como los compostelanos José Manuel López y su esposa Yolanda. Las indemnizaciones oscilan entre los 11.000 y los 30.000 euros, dependiendo de las pertenencias que los afectados han podido documentar.

Los otros cuatro afectados gallegos todavía no han logrado recibir ninguna contraprestación: el matrimonio de Celanova, Alejandro Mínguez e Isabel Mociño y el de Cospeito (Lugo) integrado por Antonio Prado y Mari Paz Carballeira.

Miedo a repetir

La mayoría de los afectados gallegos no quieren oír hablar de montar en otro crucero. «Estuve meses sin poder dormir con la luz apagada porque recordaba cuando se cortó en el barco», confiesa María José que asegura que «no puedo olvidar aquella sensación de que íbamos a morir, tantas horas de angustia y ver a mis padres allí». También Alejandro, que al principio no había descartado otro viaje, ahora se ve incapaz. «Mi mujer y yo nos despedimos varias veces, primero en el barco y luego cuando nos vimos en la lancha hinchable y se descolgó». José Manuel no quiere ni ver naufragios por televisión. «Recuerdo que me puse a rezar y me fui despidiendo mentalmente de mi familia, uno por uno», cuenta.