«No cogimos dinero, solo los préstamos»

La Voz

GALICIA

24 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Jorge Dorribo, el principal imputado en la operación Campeón, está convencido, a diferencia de lo que sostienen los administradores, que, de no haber ingresado en prisión, Nupel se hubiera salvado. Aseguró en la vista que antes de que lo detuvieran había llegado a un preacuerdo con el Banco Popular para la renegociación de la deuda porque, según dijo, «Nupel les interesaba como cliente».

El empresario eludió cualquier responsabilidad respecto a la contabilidad de Nupel. Para ello, dijo, contaba con un equipo encabezado por su asesor, que era quien marcaba las decisiones que había que tomar. Él se encargaba en exclusiva de las compras y de las ventas y tenía delegadas el resto de las funciones. «No tengo conocimientos ni de economía ni de informática y ni siquiera tengo ordenador», apostilló para justificar que él no se encargaba de esta faceta.

Dorribo afirmó que los préstamos de la sociedad de los que se beneficiaron tanto él como su socio los habían recibido por recomendación del propio asesor. «No cogimos -apuntó- ningún dinero de la empresa salvo los préstamos». El industrial declaró que nunca tuvo coches ni nada de su propiedad, salvo la vivienda con la que dijo había avalado a Nupel y que reconoció que ahora estaba en poder del banco. «No tengo ningún bien. Nada», apostilló.

El empresario, siguiendo su línea habitual de expandir las responsabilidades, arremetió también contra los administradores concursales. Según dijo, la semana siguiente a su ingreso en prisión Cofares retiró mercancía de uno de los almacenes de Nupel, con un valor de mercado de 17 millones. «Los administradores -apuntó- nunca se preocuparon por ella». También los culpó de que caducaran medicamentos por valor de 3 millones de euros, que fueron devueltos por el comprador.

Dorribo reiteró en varias ocasiones que en caso de que no lo hubieran detenido Nupel hubiera sido viable con el proyecto de envasado de unidosis en el que llevaba trabajando cinco años. Insistió que tenía un contrato con Farmaline, de cinco millones de euros, para enviar medicamentos a Brasil y a Portugal.

Respecto del uso de papel colusión para acreditar beneficios, Dorribo dijo que no conocía su existencia y que trabajaban con factoring, avalando a una serie de empresas «de primer orden» y «con cartas de crédito que los bancos nos permitían».

Méndez no tuvo que contestar a ninguna pregunta.