El Bloque culmina su reducción de plantilla con la salida de otros nueve trabajadores

m. b. santiago / la voz

GALICIA

Doce de los 23 trabajadores salen con 25 días por año trabajado, con un tope de 12 mensualidades y el cobro fraccionado de una indemnización que no percibirán íntegramente hasta julio

16 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El BNG culminó ayer el expediente de regulación de empleo (ERE) con la salida de los últimos nueve trabajadores, que se suman a los tres que habían abandonado en días previos la organización. El frente nacionalista pone fin así a un proceso de ajuste laboral derivado de la pérdida de recursos como consecuencia, fundamentalmente, de los recortes aprobados por el PP en el Congreso en Madrid y que han abocado a la organización a una caída del 66 % de sus ingresos.

Doce de los 23 trabajadores del Bloque salen con 25 días por año trabajado, con un tope de doce mensualidades y el cobro fraccionado de una indemnización que no percibirán íntegramente hasta el mes de julio, dada la grave crisis financiera que atraviesa la organización. Los demás trabajadores se quedan con un salario neto mensual de mil euros. El BNG ha equiparado las categorías laborales de técnicos y de administrativos y ha impuesto una bajada salarial del 60 %.

Esas condiciones que han empujado a algunos de los trabajadores a optar por salir del frente. Ayer mismo, la diputada Tereixa Paz, que compareció para denunciar un ERE encubierto en la Xunta y que acusó a Feijoo de «defraudar e mentir» a la sociedad gallega, fue interpelada por los periodistas por el ajuste laboral del Bloque. La diputada recordó que se trataba de uno de los días más tristes de la historia del BNG y que la decisión -«dramática», dijo- es fruto de una situación insostenible, consecuencia de un drástico recorte de las ayudas públicas.

El BNG entiende que es víctima de una estrategia urdida por el PP en Madrid para estrangular la financiación de las fuerzas minoritarias. Parte de la estructura que el frente tenía en su sede central había engordado desde la primavera del año 2009, justo cuando los nacionalistas perdieron la Xunta que cogobernaron con el PSdeG.

El recorte en las subvenciones y, en menor medida, la pérdida de representación institucional, han provocado la mayor crisis financiera del Bloque en su historia. Tanto, que la organización se ha visto obligada a pedir ayuda económica a sus afiliados. En una carta enviada este mes por el propio portavoz nacional a los militantes, Guillerme Vázquez recuerda que la viabilidad del BNG solo es posible con una drástica reducción de los gastos en «alugueres, persoal e servizos». Y pide a la militancia que, en la medida de sus posibilidades, contribuya. La misiva plantea a los afiliados tres tipos de aportaciones extraordinarias, deducibles fiscalmente como donaciones: una cuota de mil euros en un pago único; otra de 500 también en pago único o cuotas de 100, 50 y 10 euros durante 12 mensualidades.