Los familiares pedirán que reciba el tercer grado y cumpla lo que le queda de condena en el Centro de Inserción Social
18 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Los familiares de David Reboredo pedirán esta semana la aplicación del tercer grado, de manera que pueda salir de la cárcel y continuar cumpliendo la condena en el Centro de Inserción Social de Vigo. Otra de las vías que tampoco descartan es que se le reconozca un segundo grado flexible que le permita continuar la condena en régimen abierto con la aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario.
El hermano del recluso, Marco Reboredo, afirma que salir de la cárcel le permitiría acogerse el plan de formación e integración social para casos susceptibles de suspensión de condena (PFIS) que lleva a cabo Érguete en sus instalaciones de Vigo. Al mismo tiempo, continuaría colaborando con el programa Cedro para ayudar a toxicómanos a salir del mundo de las drogas, tal y como venía haciendo hasta que ingresó en prisión el pasado mes de diciembre.
Marco Reboredo manifestó que su hermano recibió el pasado viernes con una gran alegría la noticia del indulto de una de las dos condenas, de la que afirma que se enteró por la radio mientras estaba participando en uno de los talleres ocupacionales que llevan a cabo en la cárcel de A Lama. Su padre Edmundo y sus hermanos pudieron visitarlo ayer nuevamente en la cárcel.
Muy animado
«Está muy animado, más si cabe que nosotros y nos ha trasladado el agradecimiento a todo el mundo y el mensaje de que la lucha continúa», manifestó ayer Marco Reboredo.
El tercer grado para David Reboredo sería una medida transitoria hasta lograr el indulto, que es la máxima aspiración de todo el colectivo que apoya su caso.
La campaña de apoyo a través de la página de Internet Change.org ha superado esta semana las 200.000 firmas de apoyo. Cientos de personas se han manifestado durante los últimos meses en diferentes concentraciones organizadas en Vigo para pedir su salida de la cárcel.
El Consejo de Ministros reunido el pasado viernes le conmutó una pena de tres años y medio (a la que había sido condenado por cien miligramos de heroína) por una multa a razón de seis euros diarios. El Gobierno central está ahora pendiente de la decisión sobre el segundo indulto, para lo que espera recibir un informe del Tribunal Supremo. En principio solo tendría que cumplir un año y seis meses de cárcel, puesto que la condena era de tres años y medio: los tribunales se la rebajaron a dos años a finales del año pasado y ya ha cumplido cuatro meses. No obstante, su abogado, Guillermo Presa, se muestra optimista en conseguir el indulto por los mismos motivos por los que el Consejo de Ministros le conmutó la primera pena, que suponía más tiempo de cárcel.
El hermano del preso manifestó que el buen comportamiento mostrado por el recluso durante estos meses de internamiento podría contribuir a un cambio de régimen penitenciario.