Un conflicto entre miembros de la comuna lucense terminó con ocho detenidos acusados de intentar quemar una casa con dos vecinos dentro
08 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Los tiempos del «haz el amor y no la guerra» apenas se recuerdan, ni siquiera en lo que queda de la mítica comuna hippy del municipio lucense de Negueira de Muñiz, nacida en los años setenta. Allí sobrevive un grupo de personas que intentan conservar ese espíritu de libertad y altruismo tan necesario en la era de los mercados, pero la paz parece haberse resquebrajado esta semana. Un conflicto entre varios habitantes terminó con ocho detenidos acusados de intentar quemar la casa de unos convecinos.
El suceso tuvo lugar el miércoles a mediodía. Según informó la Guardia Civil de Lugo, ocho personas del municipio -15, según las víctimas-, con edades comprendidas entre los 25 y los 50 años, se acercaron a la casa en la que viven dos hermanos gemelos, de 44 años, en A Barcela, e intentaron prenderle fuego. Para ello, usaron supuestamente pacas de paja, que colocaron en dos puntos diferentes en los bajos de la vivienda, lo que quemó parte de la puerta y los dinteles. También arrojaron piedras y otros materiales a los cristales. Las víctimas, además, explicaron que previamente intentaron acceder a la casa armados con palos y otros aperos de labranza, por lo que causaron destrozos en el suelo de la primera planta y en el techo, ambos de madera. Uno de los moradores de la vivienda terminó con daños en un dedo.
Operativo cerrado
Los ocho detenidos fueron puestos a disposición judicial en las dependencias de A Fonsagrada. Se les acusa de un delito de incendio y de daños en una vivienda con peligro para las personas. Además, contra dos de ellos se interpuso una orden de alejamiento de la vivienda en la que residen los agredidos. Con ello la Guardia Civil da por cerrado el operativo de la investigación.
Las víctimas llegaron a Negueira hace unos cuatro años, desde Barcelona, adonde habían emigrados sus padres, naturales de este municipio de la montaña lucense. Las dos casas en las que asentaron su hogar no son suyas, pero ellos mantienen que tienen permiso del propietario. No sostienen la misma versión desde el Concello. De hecho, el alcalde, el socialista José Manuel Braña, explicó que recibieron un escrito del dueño pidiéndoles que no acepten que se empadronen en esa casa. En cualquier caso, señaló que desconocía el fondo del conflicto y los detalles de lo sucedido esta semana.
Robos de ganado
Algunos vecinos manifestaron que se trata de dos hermanos conflictivos y los acusan de robar ganado a otros miembros de la comuna, pero las víctimas sostienen la versión contraria. De hecho, en su casa no les quedan animales.
Los gemelos insisten en que solo quieren hacer su vida en paz, aunque evitaron entrar en detalles sobre el conflicto. Parece que los desacuerdos entre los comuneros llegarían por cuestiones relacionadas con el reparto de tierras, de producción, del ganado y hasta de las subvenciones. Uno de los gemelos advertía de que aquello se está convirtiendo en un «feudalismo hippy», lejos del espíritu del bien común, y defiende que la gente «sana y joven» viva de su trabajo, no de subvenciones. Ambos dejaron sus oficios, en los que dicen que llegaron a ganar 3.000 euros al mes, para reencontrarse con sus raíces y con la paz que da vivir a orillas del río Navia, junto al embalse de Grandas de Salime. Allí, bajo esas aguas, reposan los restos de la casa en la que se crio su padre. No han encontrado la paz por ahora, pero aseguran que nadie conseguirá echarlos.