«Non esperas casos de corrupción ao afiliarte»

Tamara Montero
Tamara Montero LA VOZ / REDACCIÓN

GALICIA

El 80 % de los españoles cree que la situación política es mala o muy mala, y aun así hay gente que en un contexto de descreimiento, decide empezar a militar

22 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Mala o muy mala. Así es como definen el 80 % de los españoles la situación política según el último barómetro del CIS. Entre los principales problemas del país, además del paro, la corrupción. La situación, según el 63 % de los encuestados, seguirá igual o peor dentro de un año. Y sin embargo, todavía quedan creyentes. A pesar de Pokémon, Zeta, Patos y Campeón. A pesar de tarjetas opacas, de guerras púnicas, de sobres bajo mano y de contabilidad B, aún hay quien comulga con la política. Y que se afilia a partidos que han tocado poder en un momento en el que la población empieza a asociar peligrosamente pisar moqueta con poner la mano para cobrar bajo cuerda.

Pero aún hay fieles. Les llaman militantes. Y los hay de todas las edades. Algunos acaban de cumplir 18 años, como Xocas Bermello, que hace poco más de mes y medio entró en las filas del BNG. Otros ya rebasan los 60, como José Ramón Núñez, que hace tres semanas que milita en Esquerda Unida. Lo que hace coincidir a todos es su fe inquebrantable en el proyecto político que han escogido. Y que la corrupción, haya tocado en sus respectivas banderas ideológicas o no, debe ser erradicada. Porque lo cierto es que «no momento no que te afilias non agardas que haxa casos de corrupción». Quien lo dice es Mario Tarrío, ourensano de 19 años que lleva ocho meses militando en el PSdeG y que también reconoce que «os casos de corrupción dóenme máis no PSOE porque é o meu partido». Una lacra «en moitas formacións» con la que están siendo «tallantes. Corrupción, cero», presume, y pone sobre la mesa casos como el que ha lacerado, una vez más, a los socialistas: la destitución de Tomás Gómez como líder de los socialistas madrileños y la puesta en marcha de una gestora.

Más vehemente que Mario es incluso Luís Torrente, mariñán de 33 años que lleva dos con carné del Partido Popular. «Espero que se destapen muchos más escándalos», sentencia, y que se depuren responsabilidades porque «no todos somos iguales y el que no valga debe ser eliminado del sistema. Es lo que está haciendo el PP, echarlos fuera». Él entró en las filas populares, además de por creer en el actual sistema democrático, por su confianza en el líder del PP de Viveiro y entiende a los que llegan a asimilar político y corrupción, pero recalca que «no se puede generalizar».

Coincide en ese análisis José Ramón Núñez. Vigués, 61 años, con carné de Esquerda Unida, en la que puede que haya «una oveja negra como en todo», dice, pero también defiende que «está claro que contra la corrupción, combate» y denuncia. Ya había colaborado con el partido y reconoce que alguno que otro se sorprendió cuando, a su edad, se decidió a ser un militante. ¿Por qué ahora? ¿Por qué Esquerda Unida? «Vi que Podemos está cargándose un poco Izquierda Unida». Así que para frenar esa sangría, dio el paso. Y se afilió.

«No hay que echarse al monte»

De Podemos, ese huracán electoral que pivota sobre una palabra, casta, todos tienen algo que decir. Javier de la Fuente, betanceiro nacido en 1966 y que hace un año optó por formar parte del proyecto de Unión, Progreso y Democracia, explica que la cohorte de Pablo Iglesias «captó el rebote de la gente», un rebote que él comparte. «No hay que echarse al monte», matiza sin embargo. Su opción ha sido la del castigo a los que «nos han llevado a donde estamos» aunque desde una posición moderada. Y le dice a esos que se han envuelto en la bandera del descreimiento que precisamente, la única forma de cambio es la implicación y que la gente sea «crítica permanentemente».

También Xocas Bermello cree que Podemos pesca en el río revuelto de la incertidumbre y el descontento ciudadano, y bebe directamente de la fuente «dos fracasos do PP e do PSOE, sobre todo a nivel estatal». Pero no comulga con su discurso, y menos en lo que a Galicia se refiere.

Él tomó hace poco la decisión de entrar en el BNG porque, después de que la política estuviese siempre presente en casa -«na casa sempre debatemos de política e de temas de actualidade, o que me serviu para ver os problemas da sociedade», aclara- se sintió lo suficientemente maduro como para tomar partido por una opción política determinada. Y una de las cosas que más valoró fue el carácter asambleario. «As decisións tómanse entre todos», matiza.

En el otro lado de la balanza, Concha de la Fuente. Estuvo cinco años en el BNG, pero la crisis que acabó por hacer saltar por los aires el partido en aquella asamblea que enfrentó a Beiras y Jorquera también quebró su confianza en el proyecto. Y se dio de baja. «Eu quería un proxecto sólido e consciente», afirma, y la desilusión después del espectáculo de Amio la llevó a desvincularse. Hasta hace un año, que volvió a «petar na porta» -según definió Xavier Vence esta casuística- en el proceso de asambleas abertas. «Foi a necesidade de un cambio e de axudar para que haxa un cambio», explica. Como nunca llegó a dejarlo de todo -«facía seguimento»- se dio cuenta de que «o que quedaba era o que me apetecía» hasta el punto de que irá en la candidatura de Compostela. Todavía como independiente, aunque «non desboto» volver a pedir el carné, «porque axudar implica todo», aunque por el momento permanece como «admiradora», dice entre risas.

«Algún si que dixo se toleara»

Y mientras en el último barómetro del CIS casi un 14 % de los encuestados dicen que se abstendrían de ir a votar en las elecciones generales, mientras que otro 6 % votaría en blanco de celebrarse mañana los comicios, los que apuestan por la militancia activa se enfrentan a la sorpresa de su entorno. «É verdade que cando o dixen aos amigos estivemos debatendo. Algúns acabáronme dando a razón pero outros si que dixeron que se estaba un pouco tolo», reconoce entre risas Mario Tarrío, que en todo caso explica que es el primero de su familia que dio el paso a la afiliación y a la participación activa en política.

En el caso de Xocas Bermello, «aos amigos non lles supuxo problema, teño algúns involucrados e outros que non» y a su familia, de hecho, les pareció hasta bien que tomase la decisión de decantarse por una ideología política.

«La verdad es que les sorprendió que militase a estas alturas», reconoce José Ramón Núñez, aunque su ideología estaba clara entre su entorno y también que había ejercido como simpatizando con anterioridad.

Lo contrario le ocurrió a Javier de la Fuente, militante de UPyD. De lo que sorprendió es que tardase tanto en hacerse militante. «Saben perfectamente mi manera de pensar», afirma con rotundidad.

Coinciden todos en la fe en el proyecto político que han elegido y en que hay que tener mano dura, durísima, con los casos de corrupción que se están dando y con los que se puedan llegar a dar, y también en el mensaje que le dan a los que han abandonado toda esperanza en política. Que crean. Que crean de nuevo. «No todos somos iguales», afirma Luis Torrente, y por eso no deben pagar justos por pecadores. «Podemos cometer erros», reconoce Mario Tarrío. «Hai moitos síntomas e días nos que quero emigrar deste país», admite Concha de la Fuente. Pero «sempre fun das persoas que di que hai que intentar traballar. Aínda que o que acontece bote para atrás, creo que hai que participar e con máis ganas».