Villares sale reforzado de un plenario en el que Beiras abroncó a los críticos

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN A. SOLER

El histórico nacionalista amenazó con «medidas disciplinarias» para los díscolos

18 mar 2018 . Actualizado a las 10:52 h.

La decisión de los críticos de En Marea de ignorar el plenario celebrado ayer en Santiago dio alas a Luís Villares, que salió reforzado de un encuentro al que prácticamente solo acudieron los suyos. Y, si bien oficialmente en el partido todos los adscritos son iguales y nadie tiene más peso que otro, el apoyo rotundo que le mostró Xosé Manuel Beiras reforzó la figura de un líder que en el plenario del mes de julio quedó tocado por el escaso margen con el que se impusieron sus tesis. No fue eso lo que ocurrió ayer: los documentos presentados por la línea oficial fueron aprobados por la inmensa mayoría de los presentes, pero también es cierto que, si en julio asistieron medio millar de personas, ayer no se superaban las 250 en el encuentro que tuvo lugar e la Facultade de Económicas de Santiago. Es decir, faltaban la mitad, todos aquellos que o bien no apoyan a Villares o bien prefieren mantenerse al margen de En Marea como partido instrumental.

A todos ellos abroncó Xosé Manuel Beiras con contundencia. Lo hizo nada más llegar al plenario, donde fue recibido por Luís Villares ante la ausencia de otras figuras clave del partido; entre ellos, los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol, pero también los líderes de los partidos asociados: Anova, Esquerda Unida o Podemos. Tanto Eva Solla como Carmen Santos habían repetido en los últimos días que no acudirían al encuentro porque ellas no eran de En Marea, y esas declaraciones, junto con la indiferencia con la que los diputados en Madrid actúan a menudo respecto al partido por el que concurrieron a las elecciones, enfureció a Beiras: «Todos eles están inscritos nunha lista dunha organización que foi constituída en Vigo como partido instrumental e, polo tanto, foron electos por En Marea, sexan de Anova, de Podemos ou de Esquerda Unida». E insistió: «Calquera que diga que non é de En Marea sendo deputado de En Marea está defraudando e estafando aos cidadáns». Beiras lamentó esa desunión que, a su entender, resta «credibilidade» a una marca de izquierdas obligada a acabar con lo que el histórico líder nacionalista llamó «totalitarismo de facto disfrazado de democracia». Incluso se mostró partidario de tomar medidas disciplinarias «se non se respectan as lealdades». Y sentenció: «Non se pode loitar contra a casta se hai casta dentro».

La bronca surtió efecto entre quienes se sintieron aludidos. Villares lo escuchó con una sonrisa de satisfacción nada disimulada. Por el contrario, cuando por la tarde llegó el portavoz del grupo parlamentario en Madrid, Fernán Vello, eludió entrar en la polémica y se limitó a reiterar su respeto por Beiras y a definirse como persona «disciplinada e traballadora». El portavoz de Anova, Antón Sánchez, ni siquiera quiso hacer declaraciones.

 La marca En Marea se consolida, pero se tambalean las alianzas con Podemos

En su intervención en el plenario, Beiras se pronunció en términos parecidos. Defendió la marca En Marea frente a la «coalición de partidos, partidiños, partidejos e tribos» e hizo un repaso a la corta historia de la formación para recordar cómo se habían establecido las alianzas con Podemos que provocaron que el partido morado no se presentase a las elecciones municipales en Galicia y que, por el contrario, se estableciese una alianza entre las dos partes para que la comunidad, de la mano de sus socios podemistas, tuviese más presencia en el Congreso. «Pero iso está fallando, porque non se é suficientemente leal por parte das forzas de ámbito estatal», denunció.

El discurso del líder nacionalista fue muy aplaudido por los presentes, pero constató una fuerte fractura con el partido de su otrora amigo Pablo Iglesias, cuyas alianzas favorecieron que En Marea cuente con cinco diputados en el Congreso y 14 en el Parlamento de Galicia.

Pero al margen de ese negro nubarrón que se cierne sobre las alianzas, en el plenario quedó claro que los que estaban estaban con Villares, lo que provocó que el juez en excedencia cerrase la sesión con un discurso casi triunfalista. «Hoxe saímos reforzados. Deste plenario saen malas novas para o PP, xa que os tempos das súas políticas de contrabando están chegando ao seu fin. A nosa unidade é o que lles dá medo, porque xuntos somos invencibles». 

Ausencias y presencias

Las ausencias no llamaron la atención, porque ya estaban anunciadas. No acudieron Xulio Ferreiro ni Martiño Noriega, ni tampoco Jorge Suárez. De los diputados en el Parlamento de Galicia, además de Villares, estuvieron Paula Vázquez Verao, Davide Rodríguez y Pancho Casal, que leyó el informe de la actividad parlamentaria. Del Congreso acudieron Miguel Anxo Fernán Vello, que dio cuenta de la actividad del grupo en Madrid, y Alexandra Fernández. La sorpresa la dio el ex portavoz nacional del BNG, Xavier Vence, que escuchó con atención todos los discursos sin que hasta la fecha trascendiese su vinculación con En Marea.

Como hizo en días anteriores, Luís Villares restó importancia a la ausencia de los alcaldes. Al inicio de la jornada dijo respetar las prioridades de cada uno. Y no negó el peso que tuvieron en la formación de En Marea, pero añadió: «O que eles dixeron foi que lle darían un empurrón ao proxecto e que o proxecto voaría só, e o que está a facer En Marea é voar». A última hora, sin embargo, les tendió una mano para que «ninguén quede fóra».

La tesis oficial para las municipales fue apoyada por una amplia mayoría de los presentes

Con los críticos autodescartados del plenario, las tesis que presentó a debate la coordinadora de En Marea fueron apoyadas por amplia mayoría. La más importante, la que marcaba la línea política para las municipales, con 197 votos a favor, ninguno en contra y seis abstenciones. En ese apartado sí participaron varios miembros de Compostela Aberta -entre ellos, tres concejales compostelanos-, los únicos del sector crítico. Pero se limitaron a exponer sus argumentos sin que se repitiesen las discusiones que hubo en el plenario de julio. Quizás la ausencia de Marea Atlántica tuvo algo que ver.

La mayoría de las 250 personas que acudieron eran representantes de las mareas locales. Inscritos de O Carballiño, Ribadumia, Culleredo, Ames, Pontevedra, Lugo y Ourense, entre otros, ratificaron los documentos que marcarán la línea política con la que En Marea quiere restar protagonismo al PP.