Desacredita el trabajo de las alcaldías de Santiago y Ferrol y lo achaca a la inestabilidad interna
23 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El PPdeG ha dado la anunciada vuelta de tuerca a su estrategia de derribo contra En Marea y sus extensiones municipales y ha comenzado a plantear sus escaramuzas en clave local. El primero en ponerse en el frente es su primer espada, Alberto Núñez Feijoo, que está acudiendo en persona a cada presentación oficial de sus candidatos para reforzar el mensaje de un balance negativo de los últimos tres años, dejando para sus alcaldables el discurso más constructivo.
Ayer hizo doblete, en Santiago y en Ferrol, donde le dio el pistoletazo de salida a la carrera de fondo de Agustín Hernández y celebró el apabullante apoyo recibido por José Manuel Rey para ser el presidente popular ferrolano (recibió 331 votos a favor y tres en blanco, de 334).
Ambos actos guardan paralelismos. Los dos candidatos obtuvieron el máximo aprecio político de Feijoo como alcaldes y como conselleiros, pero ni uno ni otro lograron las mayorías necesarias para gobernar. En el caso de Hernández, el PPdeG no lo ve como responsable de la derrota del 2015, ya que el partido no dio la talla en el anterior mandato tras las dimisiones de Conde Roa y Ángel Currás: «O PP ten unha débeda con Santiago polos erros cometidos», reconoció Feijoo, quien a esa autocrítica añadió la responsabilidad de haberle puesto la alfombra a una Compostela Aberta que, a su juicio, ha sumido a la capital gallega en tres años de «aletargamento e desidia».
El presidente de la Xunta recordó la gestión de once meses como regidor de Hernández, y comparó la dedicación exclusiva y la entrega del candidato frente a un Martiño Noriega «que non pensa en Santiago» y que está más preocupado por las luchas de poder de su partido y en su proyección personal. Y también alertó de la importancia de que Compostela tenga un alcalde comprometido con el jacobeo 2021, que toca para el siguiente mandato, al tiempo que cuestionó que el actual alcalde pueda estar «á altura».
El caso de Ferrol, siendo parecido, tiene sus matices. El presidente de la Xunta se deshizo en elogios hacia Rey, al que echará de menos como conselleiro, pero puso en valor sus cuatro años anteriores como alcalde. Ante esa gestión, «nada», dijo refiriéndose a los logros de Ferrol en Común, para lo que evocó un «exercicio de melancolía». De Jorge Suárez, en cambio, observó que se conocen «os seus espectáculos, as desavinzas, rupturas e leas», enumeró, antes de lamentar la «desgana» del actual equipo de gobierno, lastrado a su entender por la inestabilidad interna del partido y la corporación.
El líder popular admitió que perdía a una pieza fundamental de su Gobierno para que «gañe Ferrol», y al igual que hizo en Santiago, puso a disposición de la ciudad «a toda a Xunta», además de recordar la apuesta del Gobierno de Rajoy por contribuir al trabajo de los astilleros, «a diferenza do que ocorre agora».
Al margen de este acto orgánico, a Rey le queda todavía otra cita pública más ya como candidato a las elecciones, igual que a Beatriz Mato, en A Coruña, y Rafael Domínguez, en Pontevedra. Todas las presentaciones deberían resolverse en dos semanas. Más adelante, volverán a la carga con un acto conjunto.