
El constructor José Alberto Aguín, persona de confianza del narco de Cambados desde los años ochenta, se sienta hoy junto a él en el banquillo de la Audiencia de Pontevedra
25 oct 2018 . Actualizado a las 08:00 h.El Rubio de Aios, en alusión a su lugar natal en una parroquia de Sanxenxo, es el perfecto ejemplo de la flaca memoria que suelen manifestar, en sede judicial, los investigados y los condenados por narcotráfico. José Alberto Aguín Magdalena es uno de los cinco acusados, a ojos de la Fiscalía Especial de Delitos Económicos de Pontevedra y de la Agencia Tributaria, de acumular mediante sociedades un patrimonio inmobiliario valorado en diez millones de euros procedentes del narcotráfico. Y todo ello en connivencia con su antiguo jefe y amigo Sito Miñanco, su exmujer, su excuñada y su hija mayor.
La investigación iniciada en el 2010 llega hoy a su tramo final con la reanudación en la Audiencia de Pontevedra de la vista aplazada en febrero por los escritos de recusación presentados por el letrado de Miñanco, Gonzalo Boye. Durante la instrucción, y en declaraciones a la Fiscalía en el Juzgado de Instrucción número 2 de Cambados, Aguín Magdalena negó la mayor evidenciando desmemoria. Juró que casi no conoce a Miñanco y que lo poco que sabe de él es por la prensa. Lo que se olvidó de mencionar es que su relación se remonta al menos tres décadas.
El 4 de agosto de 1988 se creó la sociedad mercantil Jolva, formada al 50 % por la inmobiliaria San Saturnino, representada por Sito Miñanco, y la sociedad del Rubio de Aios, que bautizó con su mismo nombre: José Alberto Aguín Magdalena S. L. El narco aceptó de buena gana que Aguín fuese el gerente de Jolva, de la misma forma que ambos vieron con buenos ojos comprar, el mismo 4 de agosto de 1988, una parcela de 12.906 metros cuadrados frente a la playa de Montalvo (Sanxenxo). Miñanco y Aguín ocupaban en esos años también la presidencia y la vicepresidencia, respectivamente, del Club Juventud Cambados, llevando al equipo de Preferente a Segunda B con un flujo de dinero que incluso pagó giras estivales en Panamá.
Segunda acusación juntos
La relación entre testaferro y narco quedó probada tras la detención de ambos en enero de 1991 en la operación Nécora. El de Cambados fue acusado y condenado por liderar una potente organización que descargó varias toneladas de coca colombiana en la costa gallega. El de Aios, a ojos de la Policía Nacional primero y de la Audiencia Nacional después, ya hacía entonces de lavadora para blanquear las ganancias de la droga en el sector inmobiliario, que conocía muy bien por su profesión de constructor. Aguín fue noticia en febrero de 1991 al ser acusado por el PSOE de Sanxenxo de compartir intereses con el entonces responsable del PP local en la construcción de un edificio declarado ilegal. Poco después, en mayo, la policía de Bélgica desmanteló la sociedad Thalassa Repairs and Trading, destinada al blanqueo de capitales y en la que Miñanco vuelve a figurar como jefe y Aguín a su lado, como subdirector.
La Audiencia Nacional lo acabó condenando por un delito de receptación en tráfico de drogas a cuatro años de cárcel, que el Tribunal Supremo elevó a nueve, y el Constitucional, ya en el 2000, bajó a cuatro. Desde que salió de prisión no volvió a saberse de él hasta que la Fiscalía de Pontevedra puso la lupa en la inmobiliaria familiar de Sito Miñanco, San Saturnino, ligada a la sociedad de Aguín mediante Jolva. El escrito de acusación, que reclama seis años de cárcel para cada uno de los cinco acusados de blanqueo, relata a mayores que la exmujer de Miñanco María Rosa Pouso y Aguín hicieron gestiones para revalorizar el terreno de 12.906 metros cuadrados adquirido en 1988 frente a la playa de Montalvo.
La Fiscalía añade que el 21 de octubre del 2005 Aguín, en representación de Jolva, presentó al Concello de Sanxenxo un plan parcial para hacer urbanizable el solar que se aprobó el 5 de mayo del 2007. Ya en febrero del 2012, Jolva inscribió en el Registro de la Propiedad de Cambados la finca parcelada y lista para una promoción de viviendas. El proyecto, que incluía 38 chalés a pie de playa, no cuajó, en buena parte por la investigación (bautizada Suntuarias), y está a la espera del juicio que se retoma hoy y de la posterior sentencia.
Quién es quién en el proceso
La exmujer del capo, la excuñada y la hija mayor se reparten decenas de terrenos
La organización societaria que supuestamente lavaba el dinero de la coca de Sito Miñanco en bienes inmuebles valorados en diez millones de euros sentará también hoy en el banquillo de los acusados a tres mujeres muy próximas a la presunta cabeza pensante del entramado.
El inicio
Josefa Pouso Navazas. La excuñada de Miñanco formó parte de la sociedad que constituyó, el 1 de junio de 1985, la inmobiliaria San Saturnino, centro del blanqueo que se juzga. En 1987 le cedió todos los poderes a su hermana.
En el día a día
María Rosa Pouso Navazas. La exmujer ejerce de encargada de la inmobiliaria desde 1987 y su nombre figura en decenas de operaciones de compra de terrenos. Su defensa niega que sea testaferro de su exmarido, como sostiene la Fiscalía.
Etapa final
Rosa María Prado Pouso. A la hija mayor se la acusa de prestarse a adquirir bienes con dinero de origen ilícito que no se justifican con sus ingresos por la gestión de una batea de su abuela paterna.