Ryanair llegó a Galicia detrás del dinero público y se va de Vigo al no lograr más
GALICIA
Dejó por lo mismo Valencia, Valladolid, Reus, Lérida, Gerona, Asturias, Bilbao y Granada
24 may 2021 . Actualizado a las 20:04 h.Ryanair llegó a Galicia en el 2005 atraída por la voluntad de varias instituciones públicas de habilitarle una pista a medida construida con subvenciones millonarias. Las aportaciones de dinero público han determinado en gran medida los desembarcos de la aerolínea irlandesa hasta en aeropuertos de dudosa capacidad de atracción. Pero al igual que la compañía de bajo coste ha demostrado su capacidad para instalarse donde la tratan bien económicamente, cosecha infinidad de antecedentes de fugas allí donde ha dejado de recibir subvenciones o no se atienden a sus exigencias de mejora.
Vigo es el último ejemplo de dicha política acuñada por Ryanair. Tras obtener 4,4 millones de euros por operar en tres temporadas estivales y la ruta a Barcelona todo el año, la aerolínea anuncia su marcha tras no conseguir triplicar lo que las arcas municipales viguesas le aportaban.
«No querían ni seguir con una cantidad económica razonable, ni asegurar que volaba desde Vigo, ni comprometer a dónde», desveló ayer Abel Caballero.
Ryanair firmó en el 2004 con la Xunta, en el último año de Manuel Fraga como presidente, y con el Concello de Santiago un convenio por 3,78 millones de euros para operar en Lavacolla durante cuatro años, disfrazadas las subvenciones como patrocinios publicitarios. El bipartito desarrollaría ese convenio, y ante la amenaza de acabar con sus conexiones internacionales en el 2010, Ryanair logró que el siguiente gobierno popular prolongase la estancia de la aerolínea a base de continuar con las ayudas.
Basta echar un vistazo al historial de la compañía que expandió Michael O’Leary -ahora apartado de la gestión diaria- para comprobar que la amenaza formulada en Santiago hace nueve años, y ahora en Vigo, se repite allí donde tiene una vinculación con las ayudas públicas.
Se fue de Valencia en el 2008, y cerró incluso la base que había creado en Manises con 800 empleos directos, al alegar que la Generalitat atendía mejor económicamente a Air Nostrum, mismo argumento y protagonistas que ahora en Vigo. Con 800.000 euros de ayudas, regresó al aeropuerto levantino dos años más tarde.
Abandonó Granada en el 2010 tras decidir un consorcio liderado por la Diputación no renovar la ayuda de 1,5 millones concedida por 15 meses de vuelos. Un año después se fue de Reus, Lérida y Gerona en plena pelea por el cobro de las ayudas prometidas por la Generalitat, que en el caso del aeropuerto tarraconense ascendía a 7,5 millones de euros por un año, mientras que en el ilerdense reclamaba pasar de 600.000 euros a dos millones.
En el 2013, la aerolínea irlandesa dio la espantada en el aeropuerto de Asturias, «por el poco interés del Principado por llegar a un acuerdo», expresaba la cúpula de Ryanair, que tras renegociar un millonario convenio con Cantabria, dejaba también de operar el mismo año en Bilbao. La no renovación del contrato de promoción en Valladolid le hizo levantar el vuelo de la capital castellana también en el 2013.
«Hoy es un día triste para Ryanair», dicen siempre sus directivos cuando se van de un aeropuerto tras no haber conseguido lo pretendido. En Vigo, aún no lo han entonado.
Caballero: «Querían que los vigueses vuelen en Santiago»
El alcalde de Vigo aseguró ayer que la intención de Ryanair era la de seguir recibiendo ayudas económicas del Concello, «pero querían que los vigueses vuelen desde Santiago. Y no va a ser así. Habrá vuelos a Londres desde Vigo y a Barcelona también con otras compañías», aseveró el regidor. Su estimación es que dos meses después de que se vaya Ryanair de Vigo, otra aerolínea cubra su oferta.