Miguel Ángel, exportero del Real Madrid: «Ahora me toca ejercer como abuelo»

GALICIA

benito Ordoñez

El ourensano llegó a ser una estrella en los setenta como guardameta internacional, aclamado por sus paradas en el estadio Santiago Bernabeu. Hoy está jubilado después de «cuarenta y cinco años de servicios en la empresa madridista»

26 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Miguel Ángel González Suárez (Ourense, 1947) será para siempre El Gato del Real Madrid. Un arquero con esa felina agilidad que le hacía volar hacia las escuadras de su portería y detener balones imposibles.

Tras jugar al balonmano en su ciudad y despuntar en las filas de la Agrupación Deportiva Couto -recuerda siempre sus entrenamientos con Luis Soria-, a finales de los sesenta el joven ourensano se plantó muy joven en la capital, donde Junquera y Betancort le cerraban el paso. Por eso salió al Castellón en Segunda. Y aún así, su perseverancia le hizo convertirse más tarde en titular indiscutible en el Bernabeu e incluso internacional con la selección española, llegando a competir en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976, dos eurocopas y dos mundiales.

«Fui jugador en activo durante 19 años y cumplí 45 de servicios en la empresa madridista. Creo que me gané con creces el derecho a la jubilación y, desde entonces, me toca ejercer como abuelo. Tengo dos nietos, niña y niño, así que me encargo de cuidarlos siempre que me necesitan», asume un Miguel Ángel que mantiene un aspecto físico envidiable para su edad.

El meta gallego cifra en ese cuidado que siempre le dedicó a su cuerpo una de las claves de su adaptación a la vida fuera de los campos de fútbol, si bien, su vínculo con la estructura del club merengue siempre lo mantuvo cerca: «Algunos exfutbolistas terminan convertidos en juguetes rotos, pero yo tuve la oportunidad de centrarme en un trabajo posterior y no descuidé mi forma física. Seguí entrenándome periódicamente, que fue lo que hice durante casi dos décadas como profesional».

Si el gato fue toda una institución como deportista, su figura también fue indispensable en el crecimiento del club merengue: «Desempeñé varias funciones dentro de la entidad, aunque la más recordada es la de director durante diez años de la ciudad deportiva, la vieja, la de la Castellana. También estuve al frente de la sección de porteros en las categorías inferiores, entrené a equipos de base y fui delegado de la primera plantilla durante cinco o seis años más».

Mentalizado para ese cambio brusco en su ritmo de trabajo desde el principio, el madridista también encontró alicientes tras la jubilación: «Estoy con los veteranos del club y tenemos una oficina en Valdebebas, a la que voy siempre que puedo. Estoy contento con la época que me tocó vivir como futbolista, pero la verdad es que fue muy distinta a la actual. Nosotros nos mezclamos mucho con la afición. Entrenábamos todos los días con la gente alrededor del campo. Ahora, el primer equipo está más protegido y debemos tener en cuenta que los tiempos cambiaron. Algunos no podrían ni vivir, hoy en día, si se abrieran las puertas».

Fui

Portero del Real Madrid y de la selección española de fútbol durante casi 20 años.

Soy

Un jubilado completamente entregado a sus nietos y a mis amigos y familiares.