Visitantes de veraneo utilizan el lugar para deshacerse de objetos de sus casas
28 ago 2020 . Actualizado a las 12:39 h.Un daño a la imagen y a la riqueza natural de Os Ancares. El que llega al municipio de Cervantes procedente de Becerreá se encuentra —cerca de San Román, capital del ayuntamiento— con un vertedero que ha desbordado su capacidad: se ha convertido en un basurero incontrolado al aire libre cuando en principio se trata de un punto de recogida de plásticos agrícolas. Desde ese lugar, por otro lado, se puede observar una amplia vista panorámica de Os Ancares, un pulmón verde que tiene entre sus reconocimientos oficiales el de reserva de la biosfera.
Electrodomésticos, residuos de casas, material de construcción o aceite son algunos de los objetos que se amontonan en ese lugar sin ningún tipo de control. Tanta es la basura que se acumula que ya se ha empezado a rebasar la capacidad del punto de acopio, hasta el punto de acercarse los residuos a un depósito contiguo, perteneciente a la Diputación y usado para almacenar sal que se esparce en invierno contra la nieve y el hielo en carreteras de la red viaria de ese organismo.
El impacto en el medio
La imagen no pasa inadvertida a quienes visitan este verano Os Ancares ni a quienes muestran todo tipo de comentarios y de impresiones en las redes sociales. Entre estos últimos figura el biólogo monfortino Guillermo Díaz Aira, que compartió las imágenes colgadas en Facebook por una asociación. Este especialista recalcó que esa acumulación de materiales no solo era una agresión paisajística sino una acción con otras consecuencias. Por ejemplo, alertó de riesgos si algunos de los materiales allí depositados acababan llegando a algún arroyo. «Impactáronme moitísimo as imaxes», explica el biólogo.
También se muestra visiblemente contrariado por la situación Xabier Moure, cabeza visible del colectivo Patrimonio dos Ancares, una entidad muy activa en la recuperación y en la divulgación de la riqueza prehistórica de la comarca. Lamenta que los daños patrimoniales se dan a veces en acciones teóricamente destinadas a cuidar el medio ambiente. Explica que por ejemplo, un punto de acopio de plásticos agrícolas situado muy cerca de la carretera que une Navia de Suarna y A Fonsagrada se había ubicado sobre una mámoa, aunque luego, dijo, se cambió de lugar. Moure también afirma que con frecuencia se tardaba tiempo en vaciarlos y reclama que se colocasen en lugares algo más apartados.
Objetos de viviendas
Por su parte, el alcalde de Cervantes, Benigno Gómez, tiene claro cuál es la causa de esta situación. Se trata, según explica, de gente que vuelve a pasar las vacaciones a su lugar de origen y que utiliza el punto de recogida de plásticos como vertedero de objetos y de enseres de sus casas. «Hai xente que bota de todo», lamenta. Así, subraya, esas personas evitan tener que desplazarse al cercano municipio de Becerreá, donde sí hay un punto limpio para depositar esos y otros materiales tras limpiar sus viviendas de materiales deteriorados o inservibles. Pero, censura, tirar en el monte parece «o máis cómodo».
Gómez reconoce que un concello como el de Cervantes (1.338 habitantes el año pasado, según datos del Instituto Galego de Estatística) carece de medios de vigilancia y de control para evitar situaciones desagradables como esta. Lo que sí se ha hecho ya alguna vez, y se prevé repetir ahora, es una limpieza de ese lugar tras acabar el mes de agosto: por un lado, se retiran del lugar los plásticos amontonados; por otro, una empresa contratada se lleva el resto de materiales. Mientras, el alcalde reprueba esa mala conducta cívica y lamenta además el daño con que ese comportamiento se causa al paisaje y a la riqueza natural del municipio y de la comarca.