Ricardo Varela, exconselleiro: «Guardo de todo, hasta las actas del partido»

GALICIA

Ricardo Varela, la semana pasada en el Paseo do Rato de Lugo, que ahora recorre a diario
Ricardo Varela, la semana pasada en el Paseo do Rato de Lugo, que ahora recorre a diario ALBERTO LÓPEZ

Criado en el seno de una familia republicana y socialista, parecía destinado a jugar un papel en el partido. Touriño lo convirtió en su número dos. Hace dos años cesó como senador y se jubiló

11 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ricardo Varela (Lugo, 1955) es a la política algo así como el antónimo del líder de Podemos, Pablo Iglesias. Prudente y discreto, sin estridencias, un tipo que mide sus palabras, que escucha mucho y que, a veces, asiente con un bisbiseo. «Mudito», le decía algún que otro socialista lucense. Ese carácter contenido no impidió que jugara un papel clave en el PSdeG, como jefe del apartado del partido y conselleiro de la Xunta con Touriño, etapa en la que el PSOE gallego alcanzó sus mayores cotas de poder en la comunidad. Pese a estar jubilado y fuera de la primera línea, sigue atento a todo: «En política no se está por circunstancias, se es o no se es, y mi inquietud política existió siempre».

De las cosas que observa desde su atalaya, unas le preocupan más que otras. «Me disgusta ver ahora el PSdeG, así, arrinconado... Los últimos resultados electorales no fueron buenos, eso es innegable, y duele».

El dirigente que reúne como credenciales el haber contribuido a desalojar a Fraga de la Xunta en el 2005 y a liquidar el legado de Cacharro de la Diputación de Lugo dos años más tarde no quiere inmiscuirse en el debate interno del PSdeG, pero sugiere un método de análisis. «Un partido que quiera volver a gobernar necesita tres cosas: un liderazgo que conecte, un proyecto político claro y un partido fuerte y unido», enumera, antes de subrayar que, al que le toque, debería tenerlas en cuenta.

Ricardo Varela, primero por la izquierda junto a Touriño, José Luis Méndez Romeu y Javier Casares, en una imagen del 2001
Ricardo Varela, primero por la izquierda junto a Touriño, José Luis Méndez Romeu y Javier Casares, en una imagen del 2001 Lavandeira jr

Pronto se cumplirán dos años desde que Varela dejó el Senado para jubilarse como funcionario del Concello de Lugo y, ahora que está semiconfinado, emplea su tiempo con la bici o saliendo a pasear por la ribera de río Rato, en agasajar a su mujer a los fogones o -«¡Por fin!»- en ordenar su archivo personal. «Guardo de todo, actas de comités nacionales, de congresos, documentos encargados desde la Consellería de Traballo...».

También relee a Vázquez Montalbán y le hincó el diente a El cementerio de Praga, de Umberto Eco. Pero regresa de manera espontánea a la política para citar «a dos buenos amigos», Orozco y Besteiro, que sufrieron en carne propia, como otros socialistas, el acoso «con causas judiciales sin base alguna». Y añade: «Se quiso barrer judicialmente todo la estructura del partido de Lugo, y cada día sale un nuevo inocente». Cree que «alguien tiene que pararse» y tomar nota del daño provocado a los afectados con causas «fantasma», porque al final -dice- es daño se le hace a la propia democracia participativa.

 A Ricardo Varela le rondó también alguna causa, pero ese don que tiene de pasar inadvertido lo alejó de la diana. En cambio, sí estuvo durante dos décadas en el centro de la cocina de las principales decisiones que tomó el PSdeG. «¿O no es así, Ricardo?». Al otro lado de teléfono solo se percibe un bisbiseo.

Fui

Secretario de organización del PSdeG, conselleiro de Traballo y senador.

Soy

Jubilado del Concello de Lugo y aficionado a los fogones en la cocina.