Las rías soportan la presión de la mitad de la población de Galicia

GALICIA

JOSE PARDO

Una de cada dos depuradoras tienen deficiencias, hay 270 vertidos y solo en el 16 % de las zonas de marisqueo las aguas son óptimas

12 ene 2023 . Actualizado a las 21:31 h.

Vertidos, deficiente depuración, rellenos, presencia de metales y lodos y el constante acecho urbanístico obligan a mantener activas todas las alertas sobre el estado de las rías gallegas. No hay otro territorio en toda la comunidad que registre una mayor concentración poblacional e industrial. Uno de cada dos gallegos (el 51,5 %) vive en la franja que forman los 64 concellos que tocan la costa de las 18 rías gallegas, tira de especial concentración de actividad empresarial e industrial donde de hecho se genera el 49,8 % del PIB de la comunidad. La mitad de la población y de la riqueza se agolpa así en el 12,4 % de la superficie de Galicia, lo que da cuenta del primer problema que soportan los valles ocupados por el mar que en 1886 Von Richthofen bautizó con el nombre de rías. Esa presión poblacional hace de Galicia el sexto enclave costero español que soporta más residentes, y eso condiciona su gestión, recursos y conservación.

La Administración gallega certifica que un 24 % de las aguas de las rías no puede considerarse que estén en buen estado, y aunque subraya que el otro 76 % sí lo están, desde el 2009 solo se ha mejorado ese porcentaje en diez puntos, tras haber destinado 1.100 millones de euros a la ejecución de infraestructuras hidráulicas en los concellos, al margen de lo que las propias instituciones locales hayan invertido para el mismo fin. Más de la mitad de ese importe, de procedencia comunitaria en su mayoría, se dedicó específicamente a las localidades que tocan las rías.

Otra forma de ver si sufren o no el impacto de la contaminación es el hecho de que solo el 16 % de las 145 zonas de producción de moluscos y otros invertebrados marinos son merecedoras de ser consideradas A, la categoría que supone que lo recolectado es apto para el consumo sin necesidad de posterior depuración. Sobre 14 espacios pesaba esta semana la calificación C, la peor de las categorías y que obliga a una depuración prolongada de las capturas o a su cierre en caso de no producirse esta.

La Xunta destaca que en el 2009 solo había un 3 % de áreas de producción con la mejor consideración sanitaria, trece puntos menos que ahora, pero es la propia Administración la que admite y advierte que las rías soportan aún las deficiencias y vertidos de la mitad de las plantas depuradoras de aguas residuales municipales, así como que en octubre se registraban hasta 270 puntos de vertido (no facilita el número actual), aunque en la última década se neutralizaron otros 490. El Gobierno gallego prefiere ver la botella casi llena: «O traballo de seguimento dos puntos de vertido ten contribuído a que os focos subsanados por Augas de Galicia ou que cumpren os límites de vertido ascendan ao 88 % dos inventariados», alega la Consellería de Infraestruturas.

Contaminación industrial

El investigador marino Uxío Labarta apunta a los vertidos industriales como los que están trascendiendo menos a ese control, y señala a la ría de Muros-Noia como uno de los enclaves de mayor afección por los desagües sin control. «É necesaria unha maior segregación dos tipos de contaminación que hai», reclama para poder enfocar de manera más efectivas las soluciones a tomar.

«Hai un grande problema tecnolóxico nas depuradoras. Requiren uns gastos insostibles para os concellos pequenos», suma Labarta, que aboga por la entrada de manera decisiva de las diputaciones en este ámbito y una estructuración municipal diferente para poder hacer frente a gastos singulares como el del tratamiento del agua o superar el desfase de algunas plantas, la falta de un mantenimiento eficaz o tratamientos completos cuya carencia acaban pagando las rías.

La Xunta ha asumido la gestión de 28 depuradoras locales a petición de los propios concellos y sus responsables adelantan que prevén aumentar esa cifra creando incluso una estructura similar a la configurada con Sogama para los residuos sólidos.

La oposición advierte en este punto un desvío de responsabilidades por parte de la Xunta hacia los ayuntamientos. Luis Bará, parlamentario del BNG, considera que es necesario hacer una revisión de las redes de saneamiento, hacer que estas sean adecuadas a cada territorio, separando la recogida de aguas pluviales que asegura hacen desbordar a las depuradoras rompiendo su ciclo de tratamiento. También plantea que se abandone el método de concentrar la depuración en grandes plantas. «A Xunta está a descargar a responsabilidade nos concellos cando é corresponsable en realidade. Di que leva invertidos máis de mil millóns en depuración e as plantas teñen deficiencias moi graves», afirma el nacionalista. Un empeoramiento de los niveles de contaminación en la ría de Arousa, así como focos en las de Ferrol, Pontevedra, Noia, Nigrán o Vigo son para Bará los mayores puntos negros.

El socialista Pablo Arangüena también apunta que la Administración gallega «tiene todas las competencias del mundo en la lucha contra la contaminación, pero los puntos de vertido tienden a aumentar últimamente», señala. Aporta como prueba la existencia de zonas C para el marisqueo, mermado ya en áreas como las de A Coruña o Ferrol, destaca, poniendo como ejemplo la existencia de solo 78 mariscadores en la ría de O Burgo ahora pendiente de su dragado.

URBANISMO Y ESPECIES INVASORAS

Serafín González, presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural suma a la contaminación otro problema que advierte está afectando cada vez más al equilibrio ecológico de las rías. El investigador del CSIC considera que la introducción voluntaria o fortuita de especies foráneas está afectando gravemente tanto en la costa como en el mar a la pervivencia autóctona, por lo que requiere que se ponga en marcha un plan específico para el control y erradicación de variedades exóticas. «É intolerable a aposta pola ostra asiática ou a ameixa xapónica en lugar de mellorar a de aquí, a costa dunha biodiversidade que queda ameazada», expresa, mientras propone un estudio para determinar qué especies se pueden erradicar o mitigar sus efectos. «Pero non hai un control efectivo», asegura. Considera González que la fragmentación de competencias entre administraciones está perjudicando a la preservación de las rías y que haya una visión global de qué se debe hacer para conservarlas de forma integral. «Por exemplo, apostouse por construír portos deportivos en todas partes, sen reparar na contaminación, na pegada que deixan ou en primar a loita contra os vertidos», argumenta.

Pedro Armas, profesor de Geografía Humana en la Universidad de A Coruña, clama contra el paisaje urbano construido alrededor de las rías. «La pauta general ha sido desastrosa. El hábitat tradicional es relicto (se ha dejado morir). Las construcciones marineras que caracterizaron villas como Noia, A Pobra, Vilaxoán, Cambados... están ya más en la memoria que en la realidad actual», dice.

Armas ensalza el valor de los enclaves marinos singulares de Galicia como recurso turístico, y que por ello debiera concitar el esfuerzo y concienciación colectiva de la sociedad gallega para su conservación y recuperación. El perjudicado en la pugna por un espacio tan limitado frente a los usos urbanos, industriales o turísticos siempre acaba siendo el medio ambiente», lamenta.

NUEVA AMENAZA

«A auga está ben, o substrato tamén conta con boas condicións, pero a produción está moi mal, moi lonxe do que debería», mantiene sobre la campaña de marisqueo José Antonio Pérez, presidente de la Federación Galega de Confrarías. «A ameixa babosa desapareceu, o berberecho non vai arriba», explica el representante de las cofradías, que reconoce que en el sector se empieza a pensar en la incidencia que pueda estar teniendo en las rías el cambio climático, por lo que avanza ya reuniones para analizarlo. Apunta al colectivo que lidera como uno de los más activos en la denuncia de vertidos «para que se combata con rapidez».