«Mi gran ilusión es pillar un platillo volante, pero no se dejan mirar», dice este vecino de Gondomar, apasionado de la ciencia ficción y «Star Wars»
27 ago 2022 . Actualizado a las 23:56 h.El universo paralelo de Star Wars está en el municipio pontevedrés de Gondomar y su creador es Félix Costas, de 64 años. Este vecino de la parroquia de Morgadáns se ha dedicado, tras la jubilación, a recrear en su jardín el escenario que tenía en su cabeza galáctica desde niño. Nada más aproximarse a su propiedad, uno se queda estupefacto. Dos naves espaciales de siete metros de altura coronan el muro principal de la finca, de tamaño similar, por lo que la perspectiva es aún más impactante. Tanto de día como de noche, porque todas las aeronaves a las que ha dado forma con sus manos este electricista enamorado de la trilogía de George Lucas, en los dos últimos años, se iluminan cuando se pone el sol. «Desde pequeño me encantó el cine y me fascinó toda la saga de La guerra de las galaxias, con la que crecí», explica este vecino del barrio de San Roque.
Este fan duerme sentado muchas noches en alguno de sus cohetes para observar el espacio, que es su auténtica pasión. «Me levanto de cama sobre las dos de la madrugada, cojo el telescopio y me paso horas observando. De momento, lo que más veo es chatarra espacial. Mi gran ilusión es pillar un platillo volante, pero no se dejan mirar. No hay manera», indica Félix Costas.
Su mundo puede resultar extravagante, pero es un apasionado de la ciencia ficción que ahora puede permitirse cualquier excentricidad. También en su dieta, porque Félix acaba de iniciarse en el consumo de insectos y con un producto de temporada.
Velutinas como manises
Ha decidido comerse a las avispas velutinas que tantos destrozos están haciendo en sus frutales y viñedos. «Me gusta tomarme una tapita de velutinas. Es como quien come pipas o manises», sostiene tras haber catado ya algunas raciones. Puede tomar un poco de tiempo acostumbrarse a la idea, pero este vecino de Gondomar no se lo pensó dos veces. «Me encantan los documentales y los canales de investigación. Cuando vi en National Geographic que en muchos países del mundo ya se comen de manera habitual insectos y que son un superalimento, probé», explica con naturalidad.
Les da caza a la manera tradicional de Galicia. Coloca botellas de plástico con un líquido dulce en el que las velutinas caen y mueren ahogadas, pero luego no se deshace de ellas. «Las lavo con agua y las dejo secando 24 horas. Después las meto en la freidora de aire y salen ya tostadas y crujientes», indica. A Félix Costas le gusta servirlas con un poco de sal y se come hasta las alas. «Me sientan muy bien. No sé si es solo por las avispas o por un tratamiento médico nuevo para unos temblores, pero desde que como velutinas, me siento más ágil», apunta.
En su finca tiene también animales domésticos, entre ellos, gallinas araucanas que ponen huevos azules. «Es lo habitual en esta especie, pero no deja de ser curioso y me gustan porque tienen más vitaminas y la tortilla queda más esponjosa».
Alguna de las naves, como la Gondomar City, que es una versión del Challenger de unos 5 metros de altura y 80 kilos, está en medio del campo en el que cultiva tomates, calabacines, berenjenas, lechuga, pimientos o patatas. Su réplica del transbordador sobrevuela uno de los fantásticos hórreos que tiene en su propiedad y, aunque él no esté en casa, muchas personas, especialmente ciclistas, se cuelan a diario en la finca para hacerse selfis. En su jardín, al más puro estilo Star Wars, acostumbra organizar además sesiones de cine al aire libre para vecinos y amigos. Allí, durante las proyecciones, las naves forman parte del atrezo.
Materiales reciclados
La mayoría de materiales empleados para sus cohetes son reciclados. Empresas de la zona colaboran con su afición y vecinos de su Matamá (Vigo) natal le han donado 1.000 euros, por lo que se siente especialmente agradecido. Aún así, ha invertido más de 20.000 euros en levantar su universo extendido. Sus últimas creaciones son el Observatorio lunar Morgadáns 1 y el Centro de investigación terrestre de platillos volantes, humanoides y bólidos, Morgadáns 2. Están fabricados con chapa y tubos de PVC. Ya trabaja en su nueva misión, que es construir un nuevo cohete más grande. La fuerza lo acompaña.