Josep Piqué: «La paz será duradera cuando los ucranianos recuperen su país. Ellos ponen los muertos»

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Josep Piqué, uno de los promotores de los encuentros del Foro La Toja.
Josep Piqué, uno de los promotores de los encuentros del Foro La Toja. Martina Miser

El presidente del Foro La Toja se muestra pesimista ante el rumbo de la guerra. ¿Cuándo acabará? «Cuando las dos partes lleguen a la conclusión de que los costes de seguir con ella son superiores a los beneficios»

30 sep 2022 . Actualizado a las 09:49 h.

Josep Piqué es exministro, economista y presidente del Foro La Toja, pero sobre todo un pensador, un analista.

—¿Cuándo se acabará la guerra?

—Eso es imposible de precisar. Al principio todos pensábamos que iba a ser corta, días o semanas como máximo. Después nos dimos cuenta de que el ejército ucraniano era capaz de contener el avance ruso, pero creíamos que no tendría capacidad de contraatacar y que, por lo tanto, estábamos en una guerra muy larga, como la Primera Guerra Mundial, de trincheras de avances y retrocesos muy pequeños. Ahora hemos visto que Ucrania tiene capacidad de contraataque; no sabemos de contraofensiva. Es muy prematuro llegar a la conclusión de que Ucrania puede vencer. Ninguna de las dos partes tiene un interés objetivo de llegar a un alto el fuego. Creen que continuar con el enfrentamiento les puede favorecer de cara a llegar una eventual futura mesa de negociación.

—¿Cuál será el motivo para que se acabe la guerra?

—Cuando las dos partes lleguen a la conclusión de que los costes de seguir con ella son superiores a los beneficios. Pero eso tiene sus matices porque en el caso de Ucrania no se puede hablar de beneficios en sentido estricto. Ucrania lucha por su integridad territorial, por su soberanía, por su independencia y por su libertad. Y esos son conceptos que difícilmente son negociables. Otra cosa es que Rusia llegue a la conclusión de que su aventura le está dando pésimos resultados, como así es, y de hecho está viendo como los posibles aliados que podría tener (China, India o Turquía) le están diciendo que acabe con esto cuanto antes. La guerra solo acabará cuando seamos capaces de restituir el derecho internacional y por lo tanto solo puede haber una paz estable y duradera si los ucranianos recuperan su país y aceptan las condiciones que sean. Pero tienen que ser decisiones que tomen los propios ucranianos. Los demás no tenemos por qué intentar condicionarles. Solo a ellos les corresponde. Entre otras cosas porque, por decirlo de una manera muy gráfica, los muertos los ponen ellos.

—¿Putin morirá matando?

—Ese es un riesgo que tenemos. Como la mayoría de los dictadores, se resisten mucho a reconocer la realidad, y cuando se ven acorralados piensan que todo el país tiene que acompañarle en el sacrificio. Pero podría suceder que antes de llegar a ese límite hubiera algún tipo de recomposición del poder en Rusia propiciado por todos aquellos, dentro del propio núcleo de Putin o en el Ejército, que crean que cuanto antes se pare la guerra mejor. Me gustaría equivocarme, pero creo que estamos lejos de esto.

—¿Qué le parece Zelenski?

—Una sorpresa. Todos le minusvaloráramos en su momento: un cómico metido a presidente de la república. El primero en minusvalorarlo fue el propio Putin, que pensó que solo con la puesta en marcha de la invasión y la llegada de las tropas alrededor del Kiev, Zelenski iba a partir hacia el exilio. Creo que la gran sorpresa fue la determinación de ponerse al frente de la resistencia, decir que iba a permanecer por su pueblo, y que estaba dispuesto a morir por él. Eso merece nuestro respeto y admiración

—Personalmente tengo la sensación de que vivimos en España en el patio del colegio. Estamos discutiendo todo el día, no nos ponemos de acuerdo en nada importante, y ahora hemos reabierto el debate de la tributación.

—Yo ahí distinguiría. El debate sobre la tributación es legítimo. Forma parte de las opciones políticas que podríamos denominar de centroderecha y de centroizquierda. Es un debate razonable y lógico. Lo que ya no me parece razonable y lógico es que haya debates sobre las reglas de juego y sobre las instituciones que nos garantizan la estabilidad. Me preocupa la división y confrontación en las cosas básicas. No es normal es cuestionar nuestras instituciones, desde la monarquía a la independencia del Poder Judicial.