Esperando por la escultura de A Santa de Asorey

Jorge Casanova
jorge casanova REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

ASOREY

La Xunta dice que los trámites de compra de los bienes de la Casa de Galicia en Uruguay aún no se han completado

21 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace poco más de un año, el Gobierno de Uruguay decidía intervenir la Casa de Galicia de Montevideo, una entidad de enorme importancia en el país ya que no solo mantenía la herencia cultural de la nutrida emigración gallega allí asentada sino que se había convertido en una de las principales instituciones sanitarias de Uruguay. Las deudas que acumulaba precipitaron la intervención del Gobierno y su desmantelamiento. Desde entonces, diferentes operaciones gestionadas por el Ejecutivo uruguayo han redirigido a los miles de mutualistas a los que daba servicio la institución sanitaria y repartido el patrimonio entre los acreedores.

Entre ese patrimonio sometido a subasta se encontraban una serie de bienes culturales que adornaban la significada historia de la institución, visitada por lo más granado de la intelectualidad gallega en el exilio. Entre las piezas que atesoraba la Casa de Galicia en Montevideo se encontraba A Santa, una escultura de Francisco Asorey de 1926, adquirida por la entidad en 1951 y de un indiscutible valor simbólico.

Para evitar que este patrimonio se disgregara y fuera a parar a manos de particulares, los gestores de una nueva entidad que vino a sustituir a la antigua Casa de Galicia, gestionaron a dos bandas el mantenimiento de estos bienes culturales. Por una parte, reclamaron al Gobierno de Uruguay que hiciera una excepción con estos bienes y que los uniera en un solo lote. Por otra, pidieron a la Xunta de Galicia que hiciera una oferta a ese gobierno americano.

La Xunta aceptó el reto e incluso llegó a pedir a través de un acuerdo parlamentario el mantenimiento de ese patrimonio cultural. La idea manifestada entonces era que la Xunta hiciera una oferta por el lote y que este quedara en manos de la emigración gallega.

¿Qué ha pasado desde entonces? «A Xunta está xestionando a adquisición do patrimonio cultural da Casa de Galicia en Montevideo, pero aínda non completou os trámites da compra. Neste momento, iste patrimonio non foi recepcionado», manifestó una fuente autorizada de la Consellería de Cultura. Sin embargo, la nueva asociación formada por los antiguos socios de la Casa de Galicia asegura que la transacción ya está finiquitada y que se cerró definitivamente con la última visita del presidente Rueda a Uruguay en unos 17.000 euros, una cantidad más que razonable teniendo en cuenta el valor de algunas de las piezas que se encuentran en el lote. De hecho, una de las pinturas, firmadas por Manuel Colmeiro, fue tasada en 50 dólares.

Según el inventario valorado que obra en poder de la Asociación Casa de Galicia Centro Histórico Cultural de Montevideo la pieza más cara de este lote artístico es una pintura de Roberto González del Blanco titulada El emigrante y tasada en 8.000 dólares, prácticamente la mitad del precio total de este lote artístico y más cara que la pieza que se considera la más valiosa, A Santa de Asorey, cuya tasación de acuerdo con este catálogo fue de 6.000 dólares.

Mientras la Xunta completa los trámites de adquisición, entre la colectividad gallega en Montevideo se ha desatado una cierta inquietud sobre el destino final de las piezas artísticas. La Xunta no ha aclarado todavía qué va a hacer con ellas más allá de la declaración inicial de que sea la emigración gallega quien la conserve. «Su destino se va a valorar caso a caso para afrontarlo una vez que se complete la adquisición», afirma un portavoz de la Consellería de Cultura que aclara, eso sí, que los libros de actas y aquellos documentos adquiridos dentro del lote vendrán inicialmente a Galicia: «Todo aquilo que sexa posible dixitalizar virá a Galicia para efectuar ese proceso».

Mientras, A Santa y el resto de piezas artísticas siguen, según Cultura, en la propia Casa de Galicia de Montevideo, esperando su nuevo destino, sea el que sea. Cuando menos, han conseguido evitar su disgregación. Muchos coleccionistas habrían pagado con gusto seis mil euros y mucho más por poder presumir de tener en el salón de su casa A Santa de Asorey, que ya tuvo que escapar más de una vez de la voracidad de los coleccionistas frente a las dificultades económicas que la Casa de Galicia en Montevideo atravesó a lo largo de su historia.