El omnipresente juez Taín, de investigador a investigado

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

REBECA FERNANDEZ

La participación en la productora de su mujer podría acarrearle una multa o la expulsión de la carrera judicial

14 sep 2023 . Actualizado a las 13:07 h.

Instructor de casos de una enorme trascendencia social, como el asesinato de Asunta o el robo del Códice Calixtino, el juez José Antonio Vázquez Taín (A Merca, 1968) ha vivido desde entonces una desenfrenada exposición mediática por su condición de magistrado, pero también por haber hecho gala de un inquieto perfil polifacético, que le llevó incluso a escribir ficciones que guardaban paralelismos con instrucciones que él mismo había dirigido. Asiduo tertuliano televisivo, el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña se enfrenta ahora a un cambio de papeles: de investigador a investigado. Una condición que no obedece a su prolífica labor creativa y a su presencia mediática a lo largo de la última década, sino a la posibilidad de haber cruzado una línea roja, tal y como establece la ley del Poder Judicial, en cuya ley artículo 398.8 dice, literalmente, que «el cargo de juez es incompatible con toda actividad mercantil, por sí o por otro».

Un matiz, este último, que no es baladí, porque en apenas dos años, el juez Taín ha presentado dos documentales; el primero, en marzo del 2022, Peregrinas, sobre el papel de la mujer en el Camino de Santiago, y hace apenas dos meses, El camino mozárabe: sangre, sudor y fe, un trabajo que narra la historia de la Vía de la Plata y producido por la compañía Amarola Producciones SL, que administra su esposa, la abogada coruñesa Beatriz Seijo.

Con la apertura del expediente, el Consejo General del Poder Judicial emprende así un proceso para esclarecer si la faceta de productor audiovisual es causa de incompatibilidad con la carrera judicial, una vez comprobado que el magistrado gallego desempeñaba actividades ajenas a la judicatura sin que lo hubiera aprobado el órgano de gobierno de los jueces. El mismo que ahora ha apreciado indicios de que el magistrado ha podido incurrir en una falta grave o muy grave: las primeras tienen una multa que va de los 501 a los 6.000 euros y las segundas pueden acarrear una suspensión de funciones de hasta 3 años o la obligación al traslado forzoso.

De trato afable y con fama de ser valiente y audaz a la hora de emprender sus instrucciones — lo que le ha granjeado la simpatía de las fuerzas policiales—, el juez Taín empezó a labrar una carrera profesional de éxito en Vilagarcía de Arousa, donde lideró la lucha contra el narcotráfico e incluso se ganó el apodo del «Garzón gallego». Entre sus éxitos está la captura en el 2003 del mayor alijo de cocaína del siglo en Galicia, unas siete toneladas, que estaban a bordo del buque senegalés South Sea.

Los casos del robo del Códice Calixtino y de Asunta lo situaron en el centro del foco y fue cobrando cada vez más y más protagonismo más allá de lo que era estrictamente su profesión de juez, que él mismo siempre se ha afanado en proteger pese a su constante exposición. No es este el primer desencuentro que Taín tiene con el poder judicial. En el 2015, el Tribunal Supremo confirmó una sanción al magistrado por haber hecho «bromas de mal gusto» durante un curso sobre terrorismo celebrado dos años antes. El juez alegó que era una mesa redonda a puerta cerrada y que la cita estaba descontextualizada.