Comer en familia es bueno para aprender Matemáticas

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Los expertos aconsejan aprovechar la comida familiar para preguntar a los hijos qué tal les ha ido en el colegio
Los expertos aconsejan aprovechar la comida familiar para preguntar a los hijos qué tal les ha ido en el colegio monkeybusinessimages

Un análisis publicado por Funcas pone en valor, con los datos de PISA 2022, pasar un tiempo diario con los hijos y preguntarles qué han hecho en el instituto

16 ene 2024 . Actualizado a las 10:39 h.

Hay muchas cosas que mejoran el rendimiento de los alumnos más allá de su talento y el esfuerzo de sus profesores: una madre universitaria es el mejor predictor de que un adolescente tendrá estudios superiores, que su familia dé por sentado que estudiará más allá de la ESO, un entorno socioeconómico favorable y unos padres que le pregunten cada día qué tal en el cole (y escuchen la respuesta). No es una sorpresa, pero un nuevo estudio lo corrobora y añade que comer en familia es bueno para el rendimiento académico. Lo dice una publicación que la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) encargó al profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid) y experto conocedor de los datos educativos, Ismael Sanz. Este revisó el macroestudio que es PISA 2022 (evaluación internacional de la OCDE a estudiantes de 15 años de 81 países y economías de todo el mundo en matemáticas, lectura y ciencias) y sacó la conclusión que encabeza esta noticia.

Según los datos estudiados, el 88,5% de los niños españoles (en Galicia es el 88,7%) hace la comida principal con su familia (en muchos casos la cena) al menos una vez por semana y el 55% habla en casa con esa misma frecuencia sobre terminar los estudios de bachillerato o FP de grado medio (es decir, los posobligatorios). A tres de cada cuatro estudiantes, sus padres le animan a obtener buenas calificaciones y le preguntan qué ha hecho en el instituto ese día. Solo en este último apartado España está peor que la media de la OCDE en porcentaje (el nivel es muy similar en todos los casos). «En suma, los estudiantes españoles tienen una mayor interacción con sus familias comiendo con más frecuencia con ellos, y hablando más sobre sus estudios y cómo les va en el Instituto», dice Ismael Sanz. Este explica en su análisis que «la conclusión de la OCDE no implica que las familias de los estudiantes con menor rendimiento no presten apoyo familiar a sus hijos, sino que, en su caso, las conversaciones familiares se centran más en otros aspectos (...) parecen enfatizar más frecuentemente la importancia de finalizar la educación secundaria superior para motivarles a poner más esfuerzo en sus estudios».

Las estadísticas, continúa el experto, indican que hay sesgo de género en el apoyo a los estudios: «Hay una mayor interacción en aspectos educativos entre las familias con las hijas que con los hijos» (ellas son más en la universidad), aunque la mayor diferencia (y aquí está una clave que explica muchos de los resultados de PISA) es el nivel socioeconómico de la familia, porque los alumnos de entornos más favorecidos tienen mucho más apoyo que los que están en situación precaria. Lo mismo ocurre con los estudiantes nativos frente a los inmigrantes. «El apoyo familiar presenta diferencias significativas que pueden ahondar aún más la desigualdad de oportunidades y recursos en la educación a la que se enfrentan los estudiantes de los hogares más desfavorecidos», concluye Sanz.

¿Y el rendimiento en Matemáticas? Este «cambia en 44 puntos en España (y 28 en la OCDE) cuando los estudiantes indican que sus padres o alguien de su familia hace la comida principal con ellos al menos una o dos veces a la semana, incluso después de haber tenido en cuenta el nivel socioeconómico de cada alumno», indica las conclusiones publicadas en Funcas. Otra interacción positiva es preguntar al estudiante qué ha hecho ese día en clase. 

Lo que no hay que hacer

Parece increíble, pero «hablar con el alumno continuar sus estudios en secundaria superior (ya sea bachillerato o FP media) se asocia negativa y significativamente con el resultado en matemáticas tanto en España como en la OCDE». ¿Por qué? Porque según recoge Sanz del informe internacional, «es posible que sean precisamente las familias de estudiantes rezagados los que en mayor medida puedan preocuparse por la posibilidad de que su hijo no siga los estudios después de la enseñanza obligatoria, mientras que la mayoría del resto de las familias lo dan por hecho».