El Elcano que le espera a Leonor

Marcos Gago Otero
Marcos Gago MARÍN / LA VOZ

GALICIA

El Juan Sebastián Elcano durante la jornada de puertas abiertas en el puerto de Marín
El Juan Sebastián Elcano durante la jornada de puertas abiertas en el puerto de Marín CAPOTILLO

La princesa de Asturias embarcará en el buque en enero con un programa que compagina el estudio diario con las responsabilidades a bordo

15 jul 2024 . Actualizado a las 14:18 h.

El Juan Sebastián de Elcano, el buque escuela de la Armada española, atracó en la dársena de la Escuela Naval el viernes. Su llegada a Marín forma parte de la recta final del crucero de instrucción de los guardiamarinas, futuros oficiales de la Armada, antes de irse a su puerto base en Cádiz. Este viernes había doble expectación entre los asistentes al acto. Por un lado, los familiares que esperaban a los guardiamarinas que desembarcaron en Marín. Por el otro, los medios de comunicación, que querían saber si había alguna novedad sobre el barco porque el próximo viaje que emprenda lo hará con una guardiamarina especial: la princesa de Asturias. Este viernes, nadie quiso, o no pudo, aclarar nada sobre cómo será ese crucero de instrucción, así que solo se puede intuir cómo será en base a lo que ha sido hasta ahora. Si sobre el viaje del 2025 se mantiene el hermetismo, las cosas son mucho más transparentes sobre el periplo de este 2024.

El buque escuela de la Armada española se hizo a la mar en Cádiz el 13 de enero, comandado por el capitán de navío Luis Carreras-Presas de Campo, de A Coruña, y que previsiblemente también será la máxima autoridad a bordo el próximo año. El viaje lo realizan los alumnos de tercero de la Escuela Naval —82 en el curso que se acaba—, con una doble misión. Defensa subraya que, por un lado, tiene como objetivo «contribuir a la formación integral» de los alumnos y, por el otro, «llevar a cabo la representación de España y de la Armada en los diferentes países y puertos visitados». En esta ruta visitaron diez puertos de seis países, recalando en el Atlántico y el Pacífico. Antes de regresar a España, el Elcano remontó el Támesis y pasó unos días en Londres.

El comandante del buque, Luis Carreras-Presas, explica: «El reto principal, lo más exigente, es la vida a bordo». Comparten este navío unas 250 personas. «La vida de los guardiamarinas es intensa y muy útil para aprender. Es un aprendizaje muy moderno», sostiene el mando del Elcano.

«Combinan formación académica teórica, con entre seis y ocho clases al día, además de guardias, trabajos en cubierta y maniobras». En resumen, «es una combinación de lo que es la vida profesional de un barco con la vida académica que hacen en la Escuela Naval o la de los universitarios españoles en cualquier universidad». Carreras-Presas lo evalúa así: «Estudian y trabajan, es una vida intensa que rinde sus beneficios porque salen muy bien formados».

Mercedes Sánchez, guardiamarina que bajó del Elcano el viernes, sostiene que la experiencia «ha sido muy buena». «Teníamos el horario como alumnos de estudios y clases y la convivencia muy buena», incide. Otro joven, Gonzalo Liaño afirma que su tiempo en el Elcano le ha servido para «ver de lo que uno es capaz de hacer en un barco y la piña que se crea con la inmensidad del mar al lado», y Alberto Torres comenta: «Se hacen guardias, clases, presentaciones, sobre todo de la asignatura de ingeniería, en las guardias tenemos muchos puestos y también hay tiempo para el deporte y para estar más tranquilo».

Buena recepción en los puertos

Al llegar a los puertos, a todos les impresiona la forma en que los reciben los españoles que viven fuera y los ciudadanos de otros países. El Elcano hace escalas recurrentes en Estados Unidos por las corrientes en la época del año en que emprende la vuelta a España. Y el resultado deja siempre una buena impresión.

El buque escuela va a cumplir casi un siglo y es todo un privilegio formar parte de su tripulación, aunque sea por unos meses. Este carácter histórico funciona como un valor añadido para los militares españoles y los ciudadanos extranjeros que lo conocen. «La recepción es extraordinaria en todos los países que visitamos», recuerda su comandante.

Cuando el navío llegue a Cádiz le esperan seis meses antes del siguiente viaje. «Los meses que no navegamos hay trabajos intensos para mantener el barco plenamente seguro desde el punto de vista estructural, de maniobra y con las últimas novedades tecnológicas. Tenemos modernos sistemas de comunicación con el exterior y pantallas multifunción para favorecer una vida académica moderna. Este año seguiremos con esas obras que llevamos varios años realizando», concluye su comandante.