Galicia atrae a enfermeras andaluzas ante el parón en las listas de su comunidad: «Desde que estoy aquí no he parado»

Sara Fernández Varela
Sara Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Ángeles Hernández y Blanca Fernández son enfermeras de Almería y trabajan en el Chuac desde hace un año
Ángeles Hernández y Blanca Fernández son enfermeras de Almería y trabajan en el Chuac desde hace un año CESAR QUIAN

Más de 50 sanitarios, la mayoría jóvenes recién titulados, acceden al Sergas para iniciar su carrera profesional debido al retraso en las listas de Andalucía

14 oct 2024 . Actualizado a las 10:00 h.

Cambiar el sur por el norte y empezar una nueva vida en la otra punta de la península. Es a lo que se ven obligados muchos enfermeros andaluces para poder ejercer su profesión. Y es que la lista de sanitarios que han abandonado cada una de las provincias de Andalucía no para de crecer cada año, dejando un sistema debilitado por la escasez de profesionales. Una carencia que se ha visto acrecentada por la hemorragia en las bolsas de enfermeros recién titulados que cada año se desangra.  

Una de las comunidades que atrae a enfermeros andaluces es Galicia. El territorio gallego cuenta en estos momentos con más de 50 profesionales procedentes de Andalucía, según datos y estimaciones de los cuatro colegios provinciales de enfermería consultados por La Voz. Un repunte nunca visto en la comunidad, tal y como confirma Asunción Maus, secretaria general en Galicia del sindicato de enfermería Satse: «Este verano hemos recibido un notable número de enfermeros que vienen de las distintas provincias de Andalucía y es un aumento de profesionales que no habíamos visto antes».  Las áreas que más enfermeros andaluces han recibido son Lugo y A Coruña. A la provincia lucense han llegado una treintena de profesionales, mientras que el área coruñesa ha recibido unos 15 enfermeros. Por su parte, a la provincia de Ourense han llegado ocho personas y una al área de Pontevedra.

Pero Andalucía no es la única comunidad en la que el Sergas ha conseguido captar enfermeros para Galicia. Según los datos que maneja el Servizo Galego de Saúde, en los últimos seis años, las comunidades autónomas desde las que se trasladaron más profesionales fueron Canarias, seguida de Madrid, Asturias y Castilla y León. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos datos tan solo reflejan los profesionales que llegaron a Galicia tras participar en el concurso de traslados anual que convoca el Sergas, un proceso que no es obligatorio para los recién titulados y que no contabiliza a aquellos que están colegiados en la comunidad. En las últimas oposiciones realizadas entre el 2023 y el 2024 para el personal de enfermería, participaron alrededor de 1.300 profesionales procedentes de fuera de Galicia. En dicho proceso, que se resolverá a finales de este año, se presentaron más de 8.000 aspirantes para las 1.556 plazas ofertadas.

Buena parte de los enfermeros andaluces que deciden abandonar su tierra son jóvenes que al terminar su formación se desplazan a otras comunidades en busca de una oportunidad laboral que les permita ejercer su profesión. ¿Por qué eligen Galicia? Maus apunta a que no se trata de que los contratos en la comunidad sean más atractivos que en Andalucía, sino que se debe a una cuestión de «inmediatez a la hora del inicio de la actividad laboral». «En Galicia durante los meses de verano todos los profesionales que llegan tienen capacidad para ser contratados, debido a que no tenemos suficientes efectivos, y cada año el problema se incrementa, porque se producen un mayor número de jubilaciones», explica la secretaria general de Satse. Otro de los factores que han podido incrementar el número de enfermeros de origen andaluz en Galicia tiene que ver con la retribución. Maus aclara que el salario base es similar en ambas comunidades, pero que «hay mejoras retributivas en algunos conceptos de sueldo» con respecto a Andalucía.

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Una oportunidad laboral 

Ángeles y Blanca soñaban desde niñas con ser enfermeras y se formaron durante años para conseguirlo. Pero una vez tituladas se dieron de bruces con la realidad. Después de licenciarse, estas dos enfermeras de Almería han tenido que seguir luchando para ejercer su profesión. Ellas son tan solo una muestra de los muchos profesionales andaluces que en los últimos años han tenido que abandonar su hogar para poder encontrar una oportunidad laboral en otra comunidad autónoma. Galicia se ha convertido en un pequeño oasis para estas dos almerienses, que desde hace un año trabajan de lo que siempre habían soñado, pero esta vez lejos de los suyos.

Ángeles Hernández tiene 24 años y terminó el año pasado la carrera de Enfermería. Hizo prácticas en Andalucía nada más terminar sus estudios y luego se lanzó de lleno al mundo laboral. Ahí fue cuando descubrió la delicada situación por la que está pasando la sanidad andaluza: «Allí las bolsas llevan retrasadas tres años, por lo que ahora mismo aún están dando contratos a profesionales que han acabado la carrera en el año 2021». «Yo hasta el año 2026 no entraría en las bolsas de Andalucía», explica Ángeles, que ya lleva un año trabajando como enfermera en el Chuac de A Coruña. Ella deja claro la principal motivación que la llevó a trasladarse al norte: «En Galicia hay trabajo, en Andalucía no»

«Yo hasta el año 2026 no entraría en las bolsas de Andalucía», explica Ángeles Hernández

Al igual que Ángeles, Blanca Fernández terminó la carrera el pasado año. Esta almeriense de 26 años solicitó una plaza en todos los hospitales de la comunidad, pero no la llamaron en ninguno. Después de trabajar en una residencia durante un mes, fue entonces cuando decidió probar suerte en Galicia gracias a una oferta de trabajo que el Sergas envió a su universidad. Y aunque las plazas ofertadas para Lugo ya estaban cubiertas, Blanca no desistió: «Me busqué un poco la vida por internet, envié mi currículo a través del correo electrónico de recursos humanos del Sergas y luego me llamaron muy rápido. Desde que estoy aquí no he parado de trabajar». 

Aunque otras comunidades también habían lanzado ofertas de trabajo, estas almerienses se vieron atraídas por Galicia, donde el coste de la vida es menor en comparación con otras ciudades como Mallorca, que también ofrece a menudo contratos para enfermeros recién graduados. Ambas se adaptaron a la comunidad a la perfección, pero también a su lengua. Aunque ninguna de las dos habla gallego, cuentan que lo entienden sin dificultad: «Lo entiendo bien, pero sí que es verdad que cuesta un poquito más entender a las personas mayores».

Tanto Ángeles como Blanca están trabajando en estos momentos en la planta de hospitalización del Chuac y explican que desde que están en Galicia han podido trabajar de forma ininterrumpida, una situación que en Andalucía es casi «imposible» para los recién titulados. «En Galicia antes de terminar el mes ya te vuelven a llamar para renovarte el contrato, en cambio en Andalucía la gente de nuestra promoción que ha terminado la carrera tiene dos opciones; o trabaja solamente los meses de verano, o no trabaja», exponen.

Las dos coinciden en que Galicia les aporta una estabilidad económica que Andalucía no les ofrece. Sin embargo, el precio a pagar es no poder estar cerca de los suyos. «Estoy adaptada, pero se hace duro a veces porque tengo a la familia muy lejos. Al final trabajo mucho y no tengo apenas tiempo para ir a verlos», cuenta Blanca. Ellas tienen claro que, de momento, volver a Andalucía no entra dentro de sus planes. «Ahora mismo no me veo volviendo a Almería, porque allí no tengo un trabajo ni una estabilidad económica», dice Blanca, a lo que añade Ángeles: «Yo hasta que no mejore la situación en Andalucía dudo mucho que vuelva».