Renfe sale en defensa del maquinista del Alvia y recurre la sentencia para pedir una atenuante en su favor
GALICIA
Piden que se le reconozca la reparación del daño causado, al admitir su error desde el primer momento y al haberse adelantado gran parte de las indemnizaciones por parte de QBE, la aseguradora de la operadora ferroviaria
26 nov 2024 . Actualizado a las 21:46 h.La posición de Renfe en el proceso judicial por el accidente del Alvia fue compleja. Aunque su aseguradora, QBE, fue clave para que se condenara al ADIF a través de sus informes y de los peritos expertos que contrató, la operadora pública rara vez actuó claramente a favor de su empleado, el maquinista Francisco José Garzón Amo, condenado a dos años y medio, al igual que el ex director de Seguridad en la Circulación del ADIF, Andrés Cortabitarte. En su recurso a la sentencia del Alvia -el plazo para recurrir termina este miércoles para la mayoría de las partes-, admiten que su posición procesal siempre consistió en «interferir lo menos posible con la defensa de Francisco Garzón Amo, trabajador de Renfe el día del accidente». «Los abogados del señor Garzón son a quienes le corresponden marcar su línea de defensa y será a ellos a quienes les corresponda establecer como afrontar su estrategia al respecto», añade el abogado de la empresa pública en el proceso judicial abierto por la muerte de 80 personas -el juzgado solo reconoce a 79- en la curva de Angrois, a las puertas de Santiago.
Esta estrategia se modificó de forma especial en su informe de conclusiones definitivas al final del juicio, cuando pidieron a la jueza, María Elena Fernández Currás máxima indulgencia para Garzón Amo, al tiempo que lamentaban que recayera sobre el maquinista «todo el peso del sistema de seguridad ferroviaria». Y ahora, en su recurso, invocan la aplicación de la atenuante de reparación del daño prevista en el artículo 21.5 del Código Penal. «Creemos que estamos ante un caso paradigmático para ello y, además, en algún asunto con enorme similitud con el que nos ocupa se aplicó sin discusión al respecto», aseguran en referencia al accidente ferroviario de Chinchilla, ocurrido el 3 de junio del 2003, en el que fallecieron 19 personas. En la sentencia sobre este accidente de un juzgado de Albacete se señala que el reconocimiento inmediato de los hechos y la comunicación a la compañía aseguradora «fueron elementos esenciales que desencadenaron la pronta compensación económica de las víctimas», por lo que se concedió la atenuante.
El equipo legal de Renfe recuerda que, pocos minutos después del accidente, Garzón Amo reconoció «cuál había sido su comportamiento» en la conversación que mantiene con el puesto de mando. «Dentro de esa conversación, inmediata y absolutamente espontánea, se puso de manifiesto lo que había hecho el maquinista desde un punto de vista puramente operativo, así como su máxima preocupación por el estado de las víctimas», alegan.
También cuestionan el criterio de la jueza de que el pago de las indemnizaciones, adelantadas en gran parte por la aseguradora de Renfe, no se hizo con el esfuerzo económico personal del ahora condenado en primera instancia. «No podemos estar de acuerdo con esta exigencia de un esfuerzo económico directo al propio acusado en hechos de esta naturaleza. El señor Garzón es un trabajador que no puede hacer frente a la responsabilidad civil de un accidente de esta magnitud», aseguran. Y recuerdan que el reconocimiento de los hechos por parte del maquinista «permitió activar desde ese instante la actuación de la aseguradora de responsabilidad civil de Renfe y sus trabajadores, esto es, QBE». «A estas alturas -añaden- no creemos que pueda existir nadie que no reconozca el tenaz esfuerzo efectuado en este ámbito por esta aseguradora».