Una esquela con recuerdo para la «pésima» Ley de Dependencia

M. P. V. REDACCIÓN

GALICIA

La esquela publicada este fin de semana en La Voz de Galicia.
La esquela publicada este fin de semana en La Voz de Galicia.

La familia de Carmen Varela, de Pontedeume, recuerda a su familiar fallecida mientras se lamenta por la burocracia para acceder a las ayudas

31 dic 2024 . Actualizado a las 17:03 h.

Canciones, poemas, frases célebres... Son muchas las cosas que se citan en las esquelas, pero pocas las veces que aparece una referencia a una ley. Y en este caso, a la Ley de Dependencia. Lo hizo este domingo en las necrológicas publicadas por La Voz de Galicia. La nota de agradecimiento que confeccionaron los familiares de Carmen Varela Torre, fallecida en Pontedeume el pasado 26 de diciembre, concluía con este agradecimiento: «A quienes nos ayudaron de diferentes maneras en su cuidado, para poder seguir todos estos años con el ritmo que la vida exige, a quienes hicieron su vida y la nuestra más fácil a pesar de la pésima Ley de Dependencia, que no llega o lo hace tarde».

Y es que la familia de Carmen sabe lo que es pelear con una norma que no funciona con la agilidad que debiera. La fallecida llevaba años con un diagnóstico de alzhéimer. El reconocimiento del grado 2 de dependencia tardó más de año y medio. Luego llegaría el grado 3. Por el camino, muchos muchos trámites. «Ata para conseguir a tarxeta de minusválidos tivemos que pedila dúas veces», cuenta Rebeca Allegue, una de sus cuatro hijas. En medio de todo, reconoce, dio con una trabajadora social que «foi un anxo». Pero cuando esta se jubiló volvieron los tropiezos: «Tes que loitar contra a enfermidade e contra a burocracia».

Una burocracia que sufrieron también cuando peleaban por conseguir atención para uno de sus tíos, soltero y sin hijos. La cita para la valoración llegó al día siguiente de que lo enterraran.

Por si fuera poco, ahora bregan con los trámites para poder atender a su padre, de 83 años y enfermo. 16 meses les costó que le reconocieran un grado 1, con el que la familia no está conforme, y les otorgasen 40 horas de ayuda en el hogar. Sin embargo, no han podido recibir la prestación. «Fomos ao Concello, pero non prestan o servizo para a xente con grao 1 porque teñen todas as horas copadas coa xente de grao 2 e 3», explica Rebeca, que se ha visto abocada a pedir la ayuda de 5.000 euros anuales para cuidarlo en casa. «Son 416 euros ao mes. Con iso non pagas a ninguén que che veña axudar unhas horas, como non sexa sen contrato», se lamenta.

Pese a todo, se van arreglando, como hicieron siempre, haciendo equilibrios para compaginar los cuidados con el imprescindible trabajo. Una tarea en la que lo más descorazonador es pelear con los largos trámites que supone cualquier petición: «Cando se pide a dependencia é porque esa persoa está mal, todo debería ser máis áxil, máis flexible, máis accesible... Pero non o é. E non é cousa de cores políticas, é que parece que os que fan as leis e as aplican non se poñen no pelexo da xente, se cadra porque cando eles se ven nunha situación así teñen os cartos e as facilidades atender os seus ao grande».