El círculo próximo a Sito Miñanco niega también cualquier relación con el tráfico de cocaína

GALICIA

Alega que sus relaciones o encuentros con el narco gallego responden a viejas amistades o a celebrar juergas o negocios como la venta de teléfonos encriptados
12 feb 2025 . Actualizado a las 21:41 h.«Somos amigos de toda la vida». «La relación ya viene de nuestras familias». «Somos vecinos del barrio en Cambados». «No tengo nada que ver con el tráfico de drogas». «Teníamos un negocio de venta de teléfonos encriptados». «[Miñanco] diga lo que diga la prensa es una gran persona». «Nos conocemos de fiesta, de coincidir en bares, nada más». «Mi barco nunca se usó para traficar». «Las lanchas y los motores que vendía no sirven solo para traficar». «Trabajo en una empresa familiar que mayoritariamente hace obra pública y no tiene relación con nada ilegal». Los alegatos exculpatorios se sucedieron también este miércoles durante la vigésima sesión del juicio contra José Ramón Prado Bugallo, conocido como Sito Miñanco.
El propio Miñanco, el martes, igual que otros tres acusados relevantes, ya manifestó su capacidad para negar las acusaciones que pesan contra todos ellos por trabajar conjuntamente, y a las órdenes del de Cambados, entre los años 2016 y 2018, cuando fueron detenidos.
Raymond Van Rij, Leonor Ivanova, Francisco Javier Pérez Rivas, Ramiro Somoza, José Manuel Ferradás, Francisco Peña, Antonio Palmo o Bruno Casado fueron algunos de los procesados que prestaron declaración este miércoles. La mayoría solo aceptaron preguntas de sus abogados, desechando responder a la Fiscalía. La tesis conjunta es que los encuentros entre investigados, o con el mismo Sito Miñanco, tenían una vocación de amistad alejada de cualquier fin ilícito. Algunos incluso negaron su presencia en encuentros donde la Policía Nacional sostiene que sí estaban para organizar la llegada de alijos procedentes de Sudamérica.

Especialmente relevante fue la comparecencia del holandés Raymond Van Rij. Está acusado de asociarse con Miñanco para traficar, pero él, sostuvo este miércoles que su único vínculo con el narco de Cambados era la venta de teléfonos encriptados. Van Rij era el proveedor y el gallego su distribuidor de los terminales en España. Nada que ver con el tráfico de droga o el blanqueo de capitales. Pero la Fiscalía, que le pide 16 años de cárcel, señala que Miñanco necesitó asociarse con él «por cuanto este también disponía de un entramado criminal con contactos tanto en países suministradores de la sustancia como en Países Bajos para su almacenamiento y ulterior venta a terceros».
Raymond Van Rij solo contestó a preguntas de su abogado. Recordó que llegó en el 2017 a España y se instaló en Marbella para ampliar su empresa de venta de teléfonos móviles.
Preguntado por sus reuniones con Sito Miñanco y otras personas, comentó: «Nunca pregunto a mis clientes a qué se dedican».
Igualmente, negó tener relación alguna con la cocaína incautada en el barco Thoran y en un almacén de Holanda. «Creo que he estado en el momento equivocado en el sitio equivocado», se justificó.

Otro acusado, Albert Brunet, sí respondió a la Fiscalía. Explicó que se dedica desde los años setenta del siglo pasado al sector de la náutica, y que desconocía que los motores y equipación para lanchas que vendió a la organización de Miñanco eran para el tráfico de drogas. «Lo reconocí [a Miñanco] en una reunión por un programa de la televisión».
Ferradás es otro acusado que, según la acusación, integraba el círculo más íntimo del de Cambados durante los años que duró la investigación. Negó que su barco de pesca estuviese a las órdenes de Miñanco para traficar en aguas abiertas, y dijo que Miñanco es un amigo leal desde hace 30 años. Incluso lo catalogó de buena persona, pese a los delitos por los que ha sido condenado. También declaró la actual pareja de Miñanco, que aseguró que la relación entre ambos es únicamente sentimental, no de negocios; ni legales ni ilegales.