Annie Leibovitz, sobre sus fotos de Felipe VI y Letizia: «La reina se preocupó, porque esperaba algo menos tradicional»
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La fotógrafa revela el simbolismo de los comentados retratos reales, que apuestan por el contraste entre el peso de la tradición y la modernidad: «Creo que el rey resulta más interesante con la reina, y la reina con el rey. Parece que se necesitan mutuamente»
10 mar 2025 . Actualizado a las 13:59 h.La fotógrafa Annie Leibovitz fue la encargada de inmortalizar a los actuales reyes de España para la posteridad con un monumental díptico de retratos que han pasado a engrosar la histórica colección del Banco de España. Felipe VI y Letizia posaron en el Salón Gasparini del Palacio Real para dar como resultado dos imágenes que ya han sido objeto de multitud de interpretaciones sobre el simbolismo que pretendía la artista estadounidense. Ahora, es ella la que ha revelado todos los entresijos y los mensajes que pretendía, y algunos detalles de su relación con los monarcas, en una entrevista a Vanity Fair.
Leibovitz fue la elegida entre tres opciones de grandes fotógrafos de prestigio para materializar esta obra que siempre tuvo la intención de permanecer en la historia. Era consciente de eso. «Cuando íbamos a imprimir las fotos, recuerdo haberle dicho a mi ayudante: "Esto va a estar en una pared durante mucho tiempo, no es una foto para una revista de cine. Así que tenemos que hacerlo realmente bien"», reconoce. Eso explica en buena medida su diferente concepción de los retratos con respecto a fotografías previas de la consagrada artista visual. No trataban en esta ocasión sobre moda, sino sobre continuar una tradición de estampas reales que, hasta ese momento, siempre las habían hecho pintores.
El resultado, de hecho, sorprendió a la propia Letizia. «La reina me dijo que esperaba algo menos tradicional, más en mi estilo», comenta Leibovitz sobre su conversación con la monarca española, que le llegó a confesar su preocupación por el resultado de las imágenes, según informa La Vanguardia, al ser más formales de lo esperado. Por eso la habían elegido, explica, pero el peso de la historia, y el propio interés de la fotógrafa en esa tradición, fue la que la hizo cambiar. «Sé que ahora sí le gustan las imágenes», dice sobre la opinión de Letizia.

Aun así, si bien con su creación hizo guiños a otros retratos reales previos, vio en Letizia ese contacto con la contemporaneidad, ya que la considera como «la reina más moderna de Europa». «Me parecía que es una mujer moderna a la que podía dar un tratamiento distinto sin que dejara de ser la reina», explica la fotógrafa, «a la reina se le permite tener más libertad, y la luz está de su lado, así que hay más optimismo, porque es una mujer fresca y moderna con su propia personalidad» La esposa de Felipe VI puso de su parte al llegar con un espectacular vestido de Balenciaga con capa. «Me pareció absolutamente perfecto que fuera un traje vintage de un diseñador histórico español», valora. También ayudó que Letizia llevase su propia playlist con su música, algo que la artista anima a hacer a todos sus retratados.
En el caso del rey, como mucho se ha comentado, quería representar en él el peso de su cargo. Con gesto serio y vestido del uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, está en una parte menos iluminada del Salón Gasparini, cosa que, junto con la abigarrada decoración chinoiserie rococó, se traduce en una composición mucho más abrumadora. Era la intención. Que se viese como más tradicional. Y no niega que haya cierto componente crítico, también en sintonía con retratos clásicos como los de Goya. Aunque matiza: «No es una crítica cruda, más bien una observación o una interpretación de la monarquía».
Pero, en opinión de Leibovitz, lo importante es que ambos funcionan mejor en conjunto. «Creo que el rey resulta más interesante con la reina, y la reina con el rey. Parece que se necesitan mutuamente», comenta sobre las imágenes, que se elevan en ese juego dual. «No los quieres ver por separado», reflexiona.
Leibovitz explica que siempre tuvo claro que quería que fuesen dos fotografías separadas, y reconoce que nunca había trabajado con un formato tan grande, de más de dos metros.