«Para ganar hay que ir sin miedo»

MÍRIAM V. F. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

PEDRO ARMESTRE

Baiano y Lequi, que participaron en el último triunfo ante el Atlético en Madrid, recomiendan un Celta valiente que salga «dispuesto a morir» en el campo

12 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Fernando Nelo, Baiano, marcó en las dos últimas visitas del Celta al Atlético que terminaron con victoria visitante en Liga, en los cursos 2005/2006 y 2006/2007. En ambos casos estaba también sobre el césped Matías Lequi, uno de los dos jugadores (el otro es Baltazar) que saben lo que es anotar con los dos equipos en estos duelos. El brasileño y el argentino vivieron como célticos una situación similar a la actual en el último descenso y, desde la distancia, los dos se muestran convencidos de que el desenlace en esta ocasión será otro.

Lequi, que está muy pendiente del Celta desde su país, cree que son dos escenarios muy distintos. «No veo paralelismos. Nosotros jugábamos UEFA, creíamos que todo pasaría, que ganaríamos unos cuantos partidos y saldríamos. Cuando nos dimos cuenta estábamos metidos abajo y no pudimos», rememora con tristeza. Para él, los siete puntos de los últimos nueve sumados marcan diferencias. «Al ganar estas últimas fechas y salir del descenso se quitan presión. Creo y espero que se salvarán antes de la última jornada», vaticina.

Baiano también es optimista y da las claves para intentar vencer en el Metropolitano. En su caso, la permanencia pasaba por ganar y lo lograron en l penúltima jornada, pero cuando ya no dependían de sí mismos. «Hay que ir como si fuera el último partido de sus vidas. Nos lo jugábamos todo y fuimos a morir para ganar. Hay que darlo todo en el campo por esos tres puntos», recalca.

El brasileño recuerda de manera diferente su aportación goleadora en un partido y otro. En abril del 2006 los celestes aspiraban a la UEFA, objetivo que lograrían. «Fue un momento feliz. El equipo jugaba bien y ante un estadio que siempre aprieta como el del Atlético, teníamos un equipazo, fuimos sin miedo y ganamos», recuerda. Al año siguiente la situación era desesperada. «Al final no pudo ser, pero marcar allí era aún más importante por lo que nos jugábamos. La celebración fue amarga porque no sabías si bastaría», añade.

Lequi abrió el marcador en el Calderón hace trece años y lo recuerda con nitidez como todos sus goles, que «no fuero muchos». «Veníamos peleando por la UEFA con Fernando Vázquez. Yo marqué el primero y luego anotaron Baiano y De Ridder. Me llenó de felicidad hacer gol en la cancha del Atlético, ayudar al Celta y que la afición de mi exequipo me recibiera con el cariño que lo hizo», subraya. Aquel Celta era «un equipo importante que hizo 64 puntos y salió sexto», recuerda. Y no obvia que «hoy el Atlético es un rival complicado con un entrenador que sabe bien a lo que juega».

En su análisis del Celta actual, Lequi constata que «cuando los entrenadores se empiezan a mover es señal de alarma». Pero se centra en la vuelta de Aspas. «Ha sido el cimbronazo positivo de liderazgo para contagiar al resto que necesitaban». Ahora, pese a su pasado en ambos, Lequi tiene claro quién con quién va. «Con todo lo que me ha dado personal y futbolísticamente, y en la situación en la que está, quiero que gane el Celta y que pueda salir rápido de ahí». Baiano también desea lo mejor: «Me gustaría volver a Vigo la temporada que viene y ver un partido del Celta en Balaídos y en Primera».

«A Iago le sobraba calidad y no tenía miedo a nada»

Matías Lequi estaba sobre el terreno de juego el día que Aspas debutó con el Celta, en Segunda frente al Salamanca el 8 de junio del 2008 de la mano de Alejandro Menéndez. Pero más allá de haber vivido a su lado aquel estreno con el primer equipo hace once años, el argentino se acuerda a la perfección de aquel canterano que asegura que ya llamaba la atención.

«Recuerdo que venía a entrenar muy a menudo con nosotros y la calidad se le veía. Le faltaba el momento de explotar, de instalarse en el primer equipo y llegar a Primera como hizo luego, pero las condiciones sin duda las tenía», relata el excéltico. Si algo le llamaba la atención de aquel joven Iago era «su desparpajo para jugar al fútbol y quitarse todo tipo de presiones internas y externas», afirma.

Porque Lequi recuerda a un Iago que en el momento que empezaba una sesión en A Madroa, y pese a su inexperiencia con respecto a los compañeros, era uno más. «Era un chico que, sobre todas las cosas, no se inhibía, no se retraía a la hora de participar en los entrenamientos como cualquier otro compañero. Venía con humildad, pero con carácter y sin ningún miedo a nada».

Lequi habla de un Aspas «con mucho temperamento del que buen entendido te hace llegar a donde él está ahora». Desde su punto de vista, Iago ya «buscaba» por aquella época a base de trabajo «lo que encontró en toda su carrera», que era llegar a ser un futbolista de élite. «Le sobraban condiciones, aunque sí que es cierto que en aquel momento no podíamos imaginar que fuera a llegar a ser uno de los mejores delanteros del fútbol español», desgrana.

Baiano también coincidió con Iago en la temporada anterior a su debut, aunque mucho menos. Le vienen imágenes suyas fuera del campo. «Con quien coincidí sobre todo es con Jonathan, ¡me acuerdo mucho de su miedo a volar!», dice divertido. Y recuerda al mayor «hablando con Iago en A Madroa después de los entrenamientos, dándole consejos. Siempre estaban juntos.