Inmovilismo en la zona roja

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

LOF

Solo uno (el Villarreal) de los nueve equipos que ocuparon puestos de descenso a la conclusión de la primera vuelta en las últimas tres temporadas fue capaz de salvarse al finalizar la liga

11 dic 2019 . Actualizado a las 21:38 h.

El Celta vive su peor arranque de liga en tres décadas con 13 puntos a falta de tres jornadas para finalizar la primera vuelta y ocupa posición de descenso. Y en las tres últimas temporadas, de los nueve equipos involucrados, solo uno fue capaz de salvarse a final de campaña: el Villarreal el curso pasado enviando a Segunda al Girona. Los ocho inquilinos restantes desde las 16/17 acabaron descendiendo sin posibilidad de reacción en la segunda vuelta. Una situación que invita a pensar que el Celta necesita un acelerón para abandonar la zona roja. Comenzando por el domingo ante el Mallorca, el equipo que marca en estos momentos la permanencia.

En los últimos tres años el Villarreal fue la excepción. La campaña pasada a estas alturas sufría en la zona roja con 15 puntos en 16 partidos y tres más en el ecuador del curso. El submarino terminó certificando la permanencia una semana antes del final de Liga y acabó con 44 puntos tras hacer 27 en la segunda ronda. El Girona, que llegó al cambio de ronda en una cómoda novena posición con cinco puntos de margen sobre la zona peligrosa (7 sobre el Villarreal) fue el que terminó descendiendo.

En la campaña 17/18 cayeron los tres. A mitad de año Deportivo, Málaga y Las Palmas estaban en descenso y quien marcaba el corte entonces era el Alavés, fuera de la zona roja con 12 (18 a la conclusión de la primera vuelta). Y mientras con Abelardo al volante babazorros firmaron una espectacular segunda vuelta para acabar con 47 puntos (29 en 19 partidos) el pelotón del descenso apenas se movió y tanto Las Palmas, como Málaga y Deportivo certificaron sus descensos con mucha antelación.

Lo mismo sucedió un año antes (16/17) cuando Sporting, Granada y Osasuna copaban la zona roja a mitad de campeonato y ninguno fue capaz de salir a la conclusión del campeonato. La segunda vuelta fue una tortura para todos ellos.

En los años anteriores, por norma, se encuentra un precedente de un equipo que sale del lío. Por ejemplo el Sporting de la 15/16 que llegó al ecuador del torneo con 15 puntos y con Rayo y Levante de compañeros de viaje y acabó metiendo en descenso al Getafe en la última jornada para salvarse con 39 puntos. A mitad de camino los azulones tenían ocho puntos de margen con respecto al conjunto asturiano.

La temporada 14/15 viene marcada por el descenso administrativo del Elche en beneficio del Eibar, que se había caído en la segunda mitad del campeonato, mientras en que el ejercicio anterior fue el Rayo Vallecano el que escapó de la quema. Los madrileños compartían descenso con Valladolid y Betis mediado el campeonato y finalmente condenaron a Osasuna en la segunda ronda. Pucelanos y sevillanos no corrieron la misma suerte.

En la 12/13, la primera desde el regreso del Celta a la élite el baile fue el Osasuna el que salió del descenso con respecto a la primera vuelta y el Mallorca y el Deportivo, que llegaron al ecuador entre los tres últimos terminaron cayendo. Igual que el Zaragoza, que no estaba en el trío del mes de enero.

Lo mejor para el Celta es no correr riesgos. Huir de la zona complicada cuando antes suena a mejor solución y ahora tiene dos oportunidades para conseguirlo antes del parón. Aunque de fácil no tendrá nada.

Se salvaron en la 53/54 con 13 puntos a estas alturas

En dos ocasiones a lo largo de su historia en Primera División el Celta solo sumó 13 puntos (extrapolando los tres por victoria actuales a aquellas épocas) en los 16 primeros partidos de liga. En una de ellas, la 53/54 terminó alcanzando la salvación y en la más reciente (78/79) terminó en Segunda División según datos de la cuenta de twitter Afouteza e corazón.

En el precedente de los años cincuenta el equipo vigués terminó la primera vuelta (15 partidos) como colista pero en la segunda ronda reaccionó y fue capaz de marcharse hasta la mitad de la tabla. Aquel curso hubo cambio de entrenador, siendo Ricardo Zamora el hombre que lideró la tarea de la permanencia desde el banquillo.

En la campaña 78/79 también arrancó con los mismos trece puntos, pero en este caso se convirtieron en una condena y el equipo acabó descendiendo por un punto. Los célticos estuvieron de un modo permanente en la zona roja desde la sexta jornada.

Hasta la fecha la puntuación más baja de los célticos en un arranque de temporada fueron los seis puntos de la 43/44. En otras tres ocasiones no pasó de los once.