Pione Sisto y Smolov deben estar de regreso a principios de mayo

la voz VIGO

GRADA DE RÍO

M.Moralejo

Los dos jugadores del Celta que se saltaron el confinamiento deben volver de sus países pese al cierre de fronteras y pasar luego una cuarentena en Vigo

25 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El primer paso para la desescalada en el mundo del fútbol está repleto de interrogantes y una de las primeras que debe resolver el Celta es el regreso a Vigo de Pione Sisto y Fedor Smolov, los dos jugadores que rompieron el confinamiento y se fueron a Dinamarca y Rusia respectivamente. Los dos ya saben que deben estar en Vigo a principios de mayo, presumiblemente cuando se podrían llevar a cabo los test del coronavirus preceptivos para el retorno a los entrenamientos y que ayer quedaron suspendidos a petición del Ministerio de Sanidad, lo que en la práctica significa que la nueva vida no llegará a A Madroa hasta el 11 de mayo como mínimo. La plantilla del Celta, por otra parte, se había mostrado reacia a hacer la prueba del coronavirus cuando hay gente en hospitales que no tiene acceso a ella. En su día el club ya había devuelto los test de prueba rápida facilitados por LaLiga.

Los vigueses son el equipo de Primera División con más casos de jugadores que rompieron el confinamiento. Pione Sisto se marchó a Dinamarca en su coche y solo avisó cuando llegó a destino 3.000 kilómetros después. Días más tarde fue Smolov quien utilizó un vuelo privado para viajar a Moscú, aunque no pudo aterrizar en la capital rusa adonde llegó después en coche desde Minsk.

Que los dos se encuentren fuera de Vigo es el primer problema del Celta para la vuelta al trabajo es contar con toda su plantilla ya que ambos deben sortear el cierre de fronteras y con el agravante de que casi no hay vuelos internacionales. El Celta espera su regreso para los primeros días de mayo pero una vez en Vigo, cuando se concrete, tendrán que pasar un período de cuarentena, lo que retrasará su vuelta al trabajo y acortará sus plazos de puesta a punto con el equipo. El ruso forma parte del once tipo y el danés, más discontinuo, también tiene una presencia importante en el equipo.

En función de la fecha de regreso podrían estar (o no) para las pruebas del covid-19 que la LFP tenía previsto realizar a todos los clubes del fútbol profesional el martes 28 o el miércoles 29 de abril y que ayer quedó aplazada a instancias de Sanidad.

Antes de ese paso atrás el plantel céltico se mostró reacio a hacerse la prueba. Si en su día el club fue de los primeros en devolver los test por entender que había otros sectores que necesitaban la prueba de un modo más perentorio, ahora se muestran remisos por el mismo motivo, algo que se reconoce desde la institución a instancias del jefe de sus servicios médicos, el doctor Juan José García Cota. La prueba en cuestión es clave para poder reanudar la actividad según los protocolos elaborados y pendiente de la decisión de Sanidad.

A mayores, los jugadores también deben dar su consentimiento en un documento a tal efecto en el que reconocen el riesgo que entraña volver a entrenar y que va a ser materialmente imposible mantener las distancias de seguridad con sus compañeros.

Asuntos en los que, como de costumbre, el Celta no entró pero sí lo hicieron otros equipos como el Valladolid de declaraciones de su director del gabinete de presidencia David Espinar, que indicó que los albivioletas «no pondrán en marcha ninguna actividad si consideran que puede ser negativa para la salud de jugadores, aficionados y empleados».

A mayores, la semana pasada ya aparecieron críticas a la decisión de la LFP de concentrar a los equipos en un hotel solo para ellos y completamente aislados, algo de lo que se hizo eco Rafinha por parte del Celta. «Lo veo muy difícil. Vamos a concentrarnos y las personas dentro del hotel no van a tener vida», concluyó.