Un debut que nos deja expectantes

Julio Álvarez- Buylla VIGO

GRADA DE RÍO

LOF

23 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Nuevo entrenador, nuevas ilusiones. Algo a lo que ya estamos acostumbrados. Por eso el buen partido del Celta es recibido con cautela y expectación ante lo que veremos en las próximas semanas cuando el equipo acumule más sesiones de trabajo a las órdenes del nuevo míster. Declaraciones de intenciones en debuts ya hemos vivido unas cuantas. Ahora lo deseable es que el equipo encuentre un modelo estable de juego y que los jugadores sepan y puedan interpretarlo.

En Sevilla los vigueses cayeron como se suele decir «de maduros». El desgaste del medio campo vigués pasó factura y la única incursión de Okay fue insuficiente ante un cuadro local que cambió a todo su ataque y además lo hizo sin ver resentido su rendimiento, todo lo contrario, lo mejoró. Pero ahora es tiempo de trabajo y de una nueva etapa que esperemos esta vez sí encuentre la dirección técnica que pueda consolidar su proyecto.

Levantó mucha expectación en la previa la nueva disposición táctica de Coudet, el 1-4-1-3-2. Con Tapia por detrás de una línea de tres ya los primeros 6 minutos demostraron ser demasiado campo para abarcar para unos interiores, que sobre todo en el lado de Nolito, se veían incapaces de tapar la amplitud y profundidad del rival, representada por Navas y Ocampos. El reajuste de Denis, que acabó incrustándose en la línea con Tapia consiguió recuperar el equilibrio de esfuerzos en medio campo y cerrar la brecha defensiva.

Por el contrario, el equipo, una vez recuperado, se mostró defensivamente atrevido. Defendió en bloque alto y ejecutó con intensidad la presión en campo contrario con Aspas y Mina como punta de lanza tratando de igualar en efectivos al rival, aunque asumiendo en algún momento riesgos en la última línea defensiva que se deberán ajustar. Intensidad defensiva incluso en el repliegue, que exceptuando el arranque y el final de partido provocaron las dudas ofensivas del rival al que hicieron correr para atrás.

No es bueno sacar conclusiones con precipitación, pero el equipo dio la sensación de querer recuperar el tan añorado estilo de juego de un pasado no tan lejano.

El Celta, una vez recuperado tras el empate, sorprendió en ataque. Se asoció con acierto al pie, agrupando al rival por dentro intentando llegar por fuera con Nolito y Hugo Mallo, pero también fue vertical ejecutando el contraataque tras robo buscando los espacios a la espalda del uno contra uno que Aspas y Mina fajaron con los centrales sevillistas durante muchas fases del partido.

Los vigueses supieron leer bien las debilidades del rival y se aprovecharon del repliegue lento de los sevillistas y los espacios dejados por las incorporaciones de los laterales, mal vigilados por sus compañeros de medio campo.

Volvió a destacar Denis situado más cerca de la salida de balón asumiendo el mando en la fase de elaboración en la que Brais también ayudó. Precisamente el agotamiento de ambos en particular y del equipo en general coincidió con el bajón final celeste. En definitiva, pinceladas que habrá que corroborar en siete días.