El extremo moañés, uno de los contados jugadores que vuelven tras una salida a préstamo, escenifica el cambio de rumbo de un Celta B que se estrena mañana
27 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Raúl Blanco Juncal (Moaña, 2001) vuelve a casa después de un año de cesión en el Arenteiro. El pariente lejano de Iago Aspas —«en Moaña todos somos primos»— regresa al Celta B más maduro, después de acumular minutos en el Arenteiro de Segunda RFEF y con la confianza de Claudio Giráldez, un técnico que le dirigió en cuatro temporadas en su largo periplo por la base celeste. Raúl es un veinteañero con hambre de fútbol que le pone rostro a los nuevos tiempos del filial celeste.
«Yo estaba cedido en el Arenteiro y es una buena noticia que apostasen por recuperarme, espero aprovechar la oportunidad», comenta Raúl Blanco. Porque tanto en el primer equipo como en el segundo, los préstamos con retorno son contados y el atacante moañés es una excepción. «O Carballiño fue una buena salida para mí. Cogí minutos y maduré en el terreno de juego», comenta de su temporada pasada. Como verde disputó 30 partidos en la cuarta categoría del fútbol español, casi el triple de los que había tenido en Segunda B con el filial en el curso 20/21. Ahora, regresa con una única idea: «Asentarme, tener los máximos minutos posibles y demostrar que estoy preparado». Mejorar los tres goles que marcó de verde es otro aspecto que tiene en mente.
Con Claudio Giráldez, el Celta B maneja dos sistemas: el 4-4-2 clásico y el 5-3-2 apostando por tres centrales y dos carrileros largos. El moañés se siente más cómodo en el segundo dibujo «porque el extremo se mete para dentro» y es una posición que le gusta. «La temporada pasada jugué así en el Arenteiro», añade.
La presencia de Giráldez en el nuevo Celta B es todo un aval para Blanco Juncal. Seguramente Claudio sea el técnico que mejor le conoce de todos. «Coincidí con él cuatro años en la cantera y me encuentro muy cómodo a sus órdenes. Es un entrenador de casa y está para ayudarnos».
El plus de la juventud
Raúl, aunque sea uno de los hombres de la casa, entra en la media docena de altas que registra un equipo que recupera la esencia de todos los filiales y que está cargado de juventud, un aspecto que el atacante considera positivo: «Ser un equipo joven nos tiene que dar fuerza. No debemos tener miedo a ningún rival. Seguro que somos un equipo bonito de ver».
El Sanse madrileño, mañana desde las 12.00 en Barreiro, será la primera prueba del algodón. «Empezar con los tres puntos sería magnífico», comenta Raúl, que hace un balance muy positivo de la pretemporada: «Creo que hicimos una muy buena etapa de preparación, tanto a nivel de resultados como de entrenamientos, pero ahora debemos demostrarlo en la liga».
El objetivo debe ser una temporada tranquila, sin renunciar a nada y asumiendo que formar jugadores para el primer equipo es la tarea de todo filial. «El objetivo del Celta B es quedar lo más arriba posible e intentar hacer muy bien las cosas, pero nuestro principal reto debe ser formarnos como jugadores para en un futuro llegar al primer equipo». La vuelta a los orígenes pero sin renunciar a competir.
«Iago es para mí el mejor jugador de la historia del Celta»
Raúl Blanco forma parte de la familia de los Juncal de Moaña. Juncal también es el segundo apellido de Iago Aspas, el jugador de referencia del Celta, con el que tiene un vínculo sanguíneo lejano —«somos primos lejanos por parte de mi madre»—. Iago no le da demasiados consejos a Raúl, pero este tiene claro lo que significa Aspas: «Para mí es el mejor jugador de la historia del Celta».