Un año marcado por el banquillo

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

PEPE TORRES | EFE

Benítez se convirtió en el fichaje del verano, pero su método no cuajó en un Celta que comenzó fatal y que reaccionó con la llegada de Claudio Giráldez

20 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta del centenario soñaba con un año feliz de la mano de Rafa Benítez, pero el proyecto se torció a las primeras de cambio, Luís Campos volvió a fallar en la planificación deportiva y el equipo vigués vivió desde el primer día en el furgón de cola, lastrado especialmente por unos números horribles en Balaídos. A falta de diez jornadas, todo cambió con la llegada de Claudio Giráldez al banquillo. Con el porriñés volvió el fútbol combinativo al Celta, así como la apuesta por la cantera con jugadores como Hugo Álvarez o Damián Rodríguez y los resultados hasta conseguir la salvación. Otro año en el alambre.

RAFA BENÍTEZ

El entrenador más mediático de la historia a la cola de los números

Rafa Benítez fue el fichaje con mayúsculas del Celta en verano. El entrenador más laureado que a lo largo de la historia se sentó en el banquillo celeste, pero su aura y su caché no se correspondieron ni con los resultados ni con el juego. Su Celta tan solo ilusionó, y a cuenta gotas, durante el verano. Con el madrileño, el club renunció a su ADN balompédico a cambio de nada y relegó a la cantera al papel de residual. Al contrario, el equipo comenzó mal y nunca fue capaz de enderezar su rumbo. De hecho, su mejor racha fueron cuatro jornadas sin perder (un triunfo y tres empates). Fue despedido después de caer goleado en el Bernabéu dando una deplorable imagen.

LUÍS CAMPOS

El lastre de los fichajes del asesor deportivo ausente

La mente de Luís Campos nunca estuvo en el Celta, sino en París, con el PSG. Su etiqueta de planificador de plantillas de éxito quedó en entredicho en Vigo y el luso fracasó en sus tres mercados en el conjunto vigués. El pasado verano, su principal apuesta fue fichar a Jonathan Bamba como agente libre y pagar 12 millones por Tasos Douvikas, además de participar directamente en la venta de Gabri Veiga. Pero más allá de nombres, en su año y medio en Vigo, Campos fue incapaz de formar una plantilla con mayúsculas que le diese sobriedad al proyecto. El 23 de diciembre del 2023, fue rescindido su contrato con seis meses de antelación.

LA LIGA

El mal inicio habitual marcó el resto del curso

El Celta se ha especializado en comenzar la liga con el pie cambiado. Desde los tiempos de Eduardo Berizzo, no ha vuelto a protagonizar un arranque de liga esperanzador. En esta ocasión, sumó un punto en los tres primeros partidos, no ganó hasta el cuarto intento y después, estuvo otras doce jornadas sin ganar hasta que a mediados de diciembre fue capaz de superar al Granada en Balaídos. Era el primer triunfo como local en el noveno partido en casa. Un lastre demasiado grande. 

EN DESCENSO

Desde la octava jornada hasta la 19

El Celta se pasó gran parte de la primera vuelta en la zona de descenso. Los vigueses cayeron en la zona roja en la octava fecha después de perder en Las Palmas y no salieron hasta la jornada final de la primera vuelta cuando le ganó al Betis en casa con un gol de Swedberg en el minuto 96. En total, fueron once jornadas en la zona roja que no pisó a lo largo de toda la segunda vuelta.

CLAUDIO GIRÁLDEZ

De la veteranía al técnico más joven

El Celta puso fin a la era Benítez a falta de diez jornadas y después de aguantarlo en el cargo todo lo que fue posible. El entrenador madrileño se fue con el equipo fuera del descenso, pero con un pírrico colchón de dos puntos sobre el Cádiz. Para entonces, ya era patente el divorcio con la afición y daba la impresión que la plantilla había dejado de creer en su método. Claudio Giráldez, de 36 años, y sin experiencia en Primera fue la apuesta, avalada por una renovación de su contrato por un año, y el cambio fue radical: el equipo recobró el ADN Celta, la cantera no solo recuperó protagonismo sino que explotaron nuevos talentos y los puntos llegaron desde el primer día, especialmente en Balaídos, que se ha convertido en un fortín.

El récord del tope salarial, el papel de Aspas, los goles de Larsen, el VAR y los últimos minutos

El Celta batió el récord de su tope salarial por dos veces esta temporada. En el verano, cuando se fue hasta los 79,8 millones, y en el invierno, cuando la cifra alcanzó los 81,2. Sin embargo, Iago Aspas volvió a ser determinante por enésima vez, aunque en esta ocasión, el gol celeste llevó la firma de Larsen.

ECONOMÍA

Un equipo de clase media por desembolso

Por números, el conjunto vigués debería estar en el ecuador de la tabla, porque el club que preside Marián Mouriño tiene el décimo tope salarial de Primera División y el noveno presupuesto, pero una vez más, economía y puntos no han ido de la mano y la mejor posición que llegó a ostentar el equipo durante toda la temporada fue la décimo tercera.

IAGO ASPAS

Decisivo una temporada más

Iago Aspas no pudo ayudar en el final de la temporada pasada como le hubiera gustado por mor de sus problemas de espalda, pero este curso, esa dolencia crónica lo ha respetado y el de Moaña ha dejado claro que tiene cuerda para rato pese a la edad. Su nivel goleador ha bajado, pero su influencia en el juego es todavía mayor. Además, con la llegada de Claudio Giráldez, se ha convertido en una especie de todocampista, capaz de rematar dentro del área y de organizar el juego en el centro del campo.

LARSEN

La nueva referencia goleadora

En su segunda temporada, Jorgen Strand Larsen terminó de explotar, triplicando los goles de su estreno en la liga. El internacional con Noruega sostuvo en ataque durante mucho tiempo a un equipo que no anduvo sobrado de efectividad y que generaba muchas más ocasiones que goles convertía. Ese acierto también mejoró con el cambio en el banquillo.

ASPECTOS CRÍTICOS

El VAR, los goles encajados en los últimos minutos y la falta de contundencia

Dos aspectos penalizaron al Celta sobremanera esta temporada, especialmente hasta mitad de curso: las decisiones del VAR, en contra en la práctica totalidad de los casos, algunos con determinaciones imposibles de entender (el gol anulado de Girona, por ejemplo), y los goles encajados en los últimos minutos, que le impidieron al equipo sumar puntos que parecían abrochados.