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Las entradas de Fer López y Swedberg resultaron claves para hacer daño en ataque y Carreira se convirtió en un jugador capital en el flanco derecho ante el Betis
09 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Con los cinco cambios, los banquillos tienen una influencia importante en los partidos, e incluso pueden cambiar su signo. La mejor prueba fue la remontada del Celta ante el Betis, con tres actores fundamentales: Fer López y Williot Swedberg, en el frente de ataque, y Sergio Carreira, en el carril derecho. También sería injusto obviar la lucha de Borja Iglesias ante los que fueron sus compañeros. Jailson, en el tiempo de descuento, bastante hizo con reencontrarse con el fútbol cinco meses después.
La gran clave estuvo en el ataque. El Betis, un equipo que, como el Celta, también tiene sus pecados defensivos, apenas sufrió en la primera mitad. Alfon e Iker Losada se dejaron el alma en cada balón, pero apenas inquietaron a los verdiblancos. El de Catoira abandonó el partido con un remate que sacó Adrián con los pies y el albaceteño no pudo probar fortuna. Pero más allá de la estadística, durante el primer acto, los vigueses no transmitieron sensación de peligro.
Todo cambió en la segunda mitad. Fer López regaló calidad y visión de juego a partes iguales y estuvo acertado en la inmensa mayoría de su toma de decisiones. Fue clave su cambio de orientación, buscando la espalda de los centrales, en el gol del empate. De su cabeza sacó la idea y de su pierna izquierda, un pase exquisito al espacio para Hugo Álvarez, que hizo mucho más daño teniendo como socio en el lado izquierdo a Williot Swedberg.
El sueco volvió a marcar un gol decisivo. Sus ocho tantos en Primera División le han reportado al equipo once puntos. Curiosamente, la temporada pasada también marcó el gol de la remontada y del triunfo ante el Betis. La diferencia es que entonces era el minuto 96 y este fue ocho antes. Además, su aceleración y su capacidad para romper las defensas rivales al espacio pusieron loco al flanco derecho del Betis.
Los verdiblancos, con Abde, intentaron hacer lo propio en el derecho defensivo del Celta, pero se encontraron con Carreira, otro de los relevos decisivos. El vigués mantuvo su posición en defensa, achicando y negando espacios al rival, y tuvo visión de juego en la jugada del 3-2 para meter el balón hacia atrás aprovechando la llegada de Swedberg.
Borja Iglesias no se arrugó ante sus excompañeros
Borja Iglesias no se paró a pensar que se estaba midiendo al equipo que le tiene cedido y a sus excompañeros, con los que podría volver a coincidir el próximo año si no se queda en el Celta, pero el compostelano defendió a su equipo con todo. Hizo una entrada fuerte, vio una tarjeta amarilla -la primera de la temporada- e incluso Vitor Roque se le encaró, pero el vigués no se arrugó. Todo lo contrario.