Una última foliada de victoria

LA VOZ LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.Moralejo

Gol se despidió con triunfo en una noche marcada por la emoción

22 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El partido de este viernes entre Celta y Osasuna tenía un componente que lo hacía diferente a cualquier otro de la historia reciente del club vigués. Porque nadie tuvo conciencia de estar viviendo su último partido en Marcador en el momento en que eso sucedió —antes de la pandemia— ni tampoco con las otras gradas hubo ningún tipo de despedida. Con Gol, la última que quedaba por reformar y con la que se dice adiós al viejo Balaídos, el club se volcó. Con visitas a lo largo de su último día, abonados abanderados y con todo el mundo que acudió al campo teniendo muy presente una despedida a la que se había referido Claudio Giráldez en la previa, admitiendo nostalgia, pero destacando el progreso que viene con el cambio.

El club repartió banderas a los aficionados del viejo fondo del estadio -activo durante los últimos más de 50 años-, así como unas octavillas con un emotivo mensaje de despedida: «A bancada onde todos comezamos a ser do Celta. A bancada á que iamos da man dun abonado descoñecido. A que cortaba o vento e pataba a choiva. A que fraguou amizades e celtismo eternos. A dos fieis e valerosos», introducían.Y luego reproducían el verso de la Foliada do Celta que dice que «os de Gol e Xenerale son os que nunca protestan». «E nunca protestastes, porque mentres outros bailaban a festa, vós erades a festa», proseguían.

La despedida escrita del club continúa añadiendo que «Gol non foi só unha bancada, foi un fogar». «Hoxe despedímonos dela, pero non do voso espírito. Porque Gol non é cemento, Gol sodes vós. E as vosas voces seguirán resoando onde queira que xogue o Celta». Algunos socios, como Xulia Antolín, que lo había avanzado en Grada de Río en la previa, dejaron mensajes escritos o imágenes pegadas en las que hasta ahora eran sus butacas. No pudieron celebrar un gol en la portería de su grada, pero eso quedó en un segundo plano toda vez que sí se pudo festejar una victoria.

 

Con los tres puntos en el bolsillo, los jugadores se acercaron a saludar a la grada y posaron con ella de fondo. No faltó la mítica Foliada do Celta de A Roda, esa que habla de que «os de Gol e Xenerale nunca protestan, como están tan separados, nunca se enteran da festa» al que también aludía el texto que la entidad dirigió  sus abonados. Pero vaya sí se enteraron esta vez. Para amenizarla sonó, asimismo, entre otros temas, Me voy, de Julieta Venegas, con su «qué lástima, pero adiós», que también venía al caso.

Algunos ya se habían emocionado a lo largo del día. A las 11.00 comenzaron las visitas a la grada, incluyendo los antiguos vestuarios, con su emblemático túnel, y sala de juntas, así como el semicírculo sobre el verde y el acceso a los propios asientos vacíos.  Allí, más de uno se sacó su penúltima foto en la que ha sido su butaca durante años. Ya por la noche, y llena la grada por última vez como se la conoce hasta hoy, era momento de la útima instantánea.