Los espectadores certifican la muerte del «reality»: «#RIPGranHermano» se ha convertido en tendencia en Twitter en las últimas horas
22 sep 2017 . Actualizado a las 12:58 h.El martes Gran Hermano Revolution vivió su peor estreno, con un 16,2% de share y 1.809.000 espectadores fue el menos visto de su historia, y ayer la segunda gala fue aún peor que la primera con un 15,7% y 1.516.000 televidentes. Un nuevo «palo» para el formato estrella de Telecinco. Y es que una parte de la audiencia le dio la puntilla final a un reality, al que solo le llueven las críticas, con un incontestable «descanse en paz».
«#RIPGranHermano» se ha convertido en tendencia en España en las últimas horas. Miles de seguidores de Gran Hermano, que vive su edición número 18, critican duramente la labor de Jorge Javier Vázquez como presentador.
Una vez más, porque ya ocurrió el año pasado cuando los espectadores pidieron su «expulsión» de este Gran Hermano Revolution Y es que los «fans» del formato siguen echando de menos a Mercedes Milá: «GH empezó a morir el día que Mercedes dejó de presentarlo».
Jorge Javier Vázquez se ha vuelto a convertir en el objeto de las iras de los fans de Gran Hermano. Le achacan demasiado protagonismo en las galas, tratar mal a la audiencia, no mostrar la casa y no presentar bien a los concursantes.
«Cuando entran en la casa, al principio y la recorren, se conocen... Ese pedazo de historia que nos han robado» o «es como si JJV fuese lo primero, y luego si eso ponemos algo de GH», denuncian los fans tras las primeras galas de Gran Hermano Revolution.
«Y encima no hay 24 horas». Esto ya ha colmado la paciencia, y el aguante, de los «fans» de Gran Hermano. Muchos de ellos desayunaban, comían y cenaban viendo el canal y ahora les han dejado sin su «comida».
Gran Hermano 18, rebautizado como Gran Hermano Revolution, encerró el domingo en su redecorada casa de Guadalix a cien personas. Había, entre ellas, seis gallegos. La reclusión no fue más que el enésimo intento de Zeppelin y Mediaset para relanzar un formato agonizante tras la marcha de Mercedes Milá. Inspirada en una propuesta de FremantleMedia titulada Lárgate de mi casa, la estrategia consistía en arrancar la nueva edición del «reality» con una gala de salidas y no de entradas. El espectador, en lugar de ser testigo del clásico ritual de besos y presentaciones del primer día, asistió este martes al descarte.
Seis gallegos se colaron entre los aspirantes a Gran Hermano 18: Dimas Blanco, Miriam Santiago, Manuel Carbón, Rubén Valle, Cristian López y Cristian García. Solo Rubén y Miriam lograron convencer a la organización.
Los concursantes oficiales
Rubén Valle
Rubén, del que Jorge Javier Vázquez ha dicho que «revolucionó Twitter a lo largo del día», fue el primer concursante gallego en entrar a la casa de Gran Hermano 18. Eso, si no contamos a su madre, que entró antes que él con un táper con macarrones. El vigués estaba dispuesto a cederle a su progenitora su puesto en la casa, pero, finalmente, Jorge Javier anunció que el que entraba era él.
Mientras, dentro de la vivienda, su madre hacía lo que toda persona orgullosa de su hijo: enseñar su foto vestido de primera comunión, con su traje de «marinerito».
Rubén es de Vigo y tiene 21 años. Se define con un chico «echado para adelante», presumido, chulo y muy tontorrón cuando habla con una mujer. «Mis amigos no quieren salir conmigo porque les quito a las chicas», reconoce entre risas. «Conquisto a las mujeres, pero no soy capaz de abrirme a ellas -reconoce-. Eso es una movida». Cuando le conviene, también es un pasota. Muy familiar. «Mis padres me lo dieron todo siempre, a ver ahí, a ver quién me hace la cama por la mañana».
A lo que se dedica Rubén fuera de Gran Hermano Revolution es a programar autómatas, es un apasionado de las matemáticas y, asegura, le encanta viajar «sentir emociones y llenarse de experiencias nuevas cada día».
Miriam Santiago
La ribeirense fue la segunda gallega seleccionada para entrar en la casa de Gran Hermano Revolution. Para ello, tenía que encontrar antes que otro de los candidatos, Hugo, una botella, que estaba en la piscina. Y esta campeona de artes marciales lo consiguió.
Finalmente, también Hugo (su rival en la búsqueda de la botella), entró con ella en la casa por decisión de ella. Sus destinos están unidos, de modo que dependen el uno del otro para permanecer en Gran Hermano 18.
Tiene también 21 años y es de Ribeira. ¿Cómo se ve a sí mismo? Empática, enérgica, responsable, inconformista, muy competitiva, cabezota y muy celosa. Una de sus mayores pasiones son las artes marciales -llegó a ser campeona mundial en Sicilia en el 2010-, pero también practica surf y baila, «cualquier actividad que requiera esfuerzo físico».
Para ella, concursar en Gran Hermano es un reto personal. Siente envidia cada vez que lo ve por la tele y este año ha decidido que quiere experimentar esas vivencias en sus propias carnes. «Es difícil encontrar una chica como yo -asegura-. Con cara de inocente y presumida, y que discuta cuando haya que discutir».