Díaz Canel emerge como posible relevo del régimen cuando Raúl Castro se retire
INTERNACIONAL
Raúl Castro ha dicho que se retirará del Gobierno en el 2018
27 nov 2016 . Actualizado a las 18:25 h.La perspectiva de una Cuba sin los Castro hace correr ríos de tinta. Pero desde dentro todo parece estar perfectamente atado. Raúl Castro ha dicho que se retirará del Gobierno en 2018. Pero continuará como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en teoría hasta el 2021, cuando se celebre el próximo congreso. Y si nada se tuerce, el mejor colocado en la parrilla de salida para sumir el mando es el actual primer vicepresidente, Miguel Díaz Canel, miembro de otra generación posterior.
Fidel apoyó los pasos dados por su heredero político para abrir la economía a la iniciativa privada e incluso para acercarse a Estados Unidos. El menor de los Castro, pragmático, poco dado a los discursos pero muy directo, aclaró en 2006, cuando su mandato era provisional todavía y algunos advertían de un ruido de sables, que «será el Partido Comunista el encargado de asumir el liderazgo político» cuando el comandante muriera o dejara el Gobierno. El líder revolucionario se ha ido cuando todavía las reformas económicas no dan los resultados esperados. El triunfo de Donald Trump amenaza con dar marcha atrás a los avances con el Gobierno del país que fue enemigo declarado durante 57 años.
Gira de presentación
Recientemente, Díaz Canel realizó una gira internacional que sirvió como tarjeta de presentación. Además, Raúl Castro podría no pasar directamente a la jubilación porque seguiría siendo el máximo dirigente del partido. Lógicamente su influencia podría continuar. Miembros de la oposición afirman que lo que pretende es que su actual segundo se deje manejar como un títere. Otros, que están preparando el terreno para que otro Castro llegue al poder y mencionan a Alejandro Castro Espín, el hijo militar de alto rango del actual gobernante. Pero son puras especulaciones. Lo concreto es que el país tiene en el turismo una de sus principales fuentes de ingresos. Pero el turismo también contamina la isla de lo que en otros tiempos se llamaba «batalla ideológica». Por eso los dirigentes han vuelto a pelear por la defensa de los ideales de la revolución ante la avalancha de visitantes extranjeros, sobre todo estadounidenses. A partir del lunes comienzan a llegar al aeropuerto de La Habana cuatro compañías regulares de EE.UU. gracias a los acuerdos a que ambos países llegaron por iniciativa de Obama. Ajustar la necesidad económica a la conservación de la ideología revolucionaria es lograr la cuadratura del círculo. Y esa asignatura lo más probable es que no quede en manos de un Castro. Lo que no se sabe -porque en Cuba no hay encuestas- es si el heredero llegará con ánimo rompedor o será más papista que el papa, que también puede ser.