EE.UU. avisa de que hay «peligro inminente» de un ataque de Irán

mikel ayestaran GAZA / COLPISA

INTERNACIONAL

El líder supremo de Irán, Ali Jamenei, aseguró esta semana que no habrá guerra con Estados Unidos, pero tampoco negociación
El líder supremo de Irán, Ali Jamenei, aseguró esta semana que no habrá guerra con Estados Unidos, pero tampoco negociación EFE

Trump retira personal de Irak, y Alemania y Holanda congelan el entrenamiento del Ejército local

16 may 2019 . Actualizado a las 10:50 h.

En una repetición de la retirada diplomática que llevó a cabo hace un año en Basora (Irak), Estados Unidos ordenó la salida «inmediata» de todo su personal diplomático no imprescindible de la Embajada en Bagdad y del consulado en Erbil. «Numerosos grupos terroristas e insurgentes están activos en Irak y atacan regularmente tanto a las fuerzas de seguridad iraquíes como a los civiles», apuntó el Departamento de Estado. Esta amenaza de «milicias sectarias antiestadounidenses» se podría extender a «ciudadanos estadounidenses y compañías occidentales» en todo el país, por lo que Washington opta por retirar a su personal en las dos legaciones que quedaban operativas y suspender, entre otros, el servicio de visados.

El portavoz del Ministerio de Exteriores iraquí, Ahmed al-Sahaf, respondió con un comunicado en el que insistió en que «la situación de seguridad en Irak es muy estable». La decisión de Estados Unidos se produce en un contexto de creciente tensión con Irán y sus milicias aliadas en países como Irak o Yemen, que podrían estar detrás de la «amenaza de ataque inminente» de la que alertó a Washington un reciente informe de la Inteligencia israelí. 

Más de 500 militares españoles

Holanda y Alemania, que tienen soldados desplegados en el país para entrenar a las fuerzas de seguridad, decidieron suspender las operaciones hasta que la situación vuelva a calmarse. España, por su parte, tiene desplazados a Irak 575 militares que participan en ese adiestramiento a las fuerzas locales. De momento, no ha anunciado que la situación vaya a cambiar.

Los rebeldes yemeníes atacaron el martes siete instalaciones petroleras de Arabia Saudí con aviones no tripulados. En Irak operan las Unidades de Movilización Popular, formadas para llenar el vacío dejado por el descalabro del Ejército iraquí en el 2014 tras la irrupción del Estado Islámico (EI). Durante la lucha contra el califato, sus milicianos fueron la punta de lanza de la coalición liderada por Estados Unidos, pero acabada esa batalla parecen haberse convertido en su gran pesadilla por sus vínculos con la Guardia Revolucionaria de Irán.

El secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, viajó la semana pasada a Bagdad para intentar fortalecer sus lazos con unas autoridades locales que desde el 2003 viven en equilibrio entre Washington y Teherán. Pompeo declaró que la amenaza de ataques era «muy específica» y pidió al presidente Barham Saleh «que Irak garantice que es capaz de proteger de manera adecuada a los estadounidenses en su país». Tales garantías no habrían llegado y por eso retira a su personal de Bagdad y Erbil.

Mientras el foco se extiende a Yemen e Irak, los iraníes anunciaron el comienzo de la suspensión de algunos de sus compromisos con el acuerdo nuclear del 2015. Una fuente de la Agencia de Energía Atómica de Irán aseguró que las primeras medidas afectan a «los planes para cumplir con el límite de producción de uranio enriquecido y de agua pesada en las instalaciones de Arak». Teherán espera que esta medida fuerce a Europa a adoptar iniciativas que le ayuden a superar las consecuencias de las sanciones impuestas por Trump desde hace un año.

Exteriores avisa a los viajeros

 El Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación recomienda a quienes quieran viajar a Irán que estén pendientes de la evolución de los acontecimientos en la zona, dada «la escalada de tensión en el Golfo Pérsico». «Se llama la atención sobre la necesidad de estar atento a la evolución de los acontecimientos y muy pendientes de las noticias que se publiquen», dice Exteriores en una nota. En todo caso, recuerda que si se viaja a Irán «es necesario extremar la prudencia y la precaución».

Robles ya tuvo que rectificar sobre la venta de armas a Arabia Saudí 

Casi 24 horas después del anuncio de la retirada de la fragata Méndez Núñez del grupo de combate del portaviones Abraham Lincoln, el Gobierno español optó por un prudente silencio para acallar las polémicas internas que la decisión del Ministerio de Defensa puso sobre la mesa.

La nueva estrategia de discreción pretende apagar los ecos del malestar generado por la decisión española en la Casa Blanca. Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación aseguran que no ha habido una «queja formal» por parte de la Administración estadounidense por la decisión del Gobierno español de retirar la fragata, según informa Europa Press. No obstante, ayer, además de una conversación entre personal de Exteriores y de la Embajada estadounidense, se produjo otra entre la embajada española en Washington y la Administración americana. En concreto, un responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores explicó a la Embajada de Estados Unidos en Madrid las circunstancias por las que el Gobierno tomó la decisión de retirar la F-104 del grupo de combate.

Una portavoz del Pentágono también declaró de forma oficial que la Casa Blanca entiende la postura de España. «Valoramos la fuerte relación militar con nuestros aliados españoles», señaló a Efe la comandante Rebecca Rebarich, portavoz del Pentágono para asuntos de Oriente Medio y Asia Central.

Pero en fuentes diplomáticas es vox populi que el malestar en Estados Unidos es evidente. Las palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, el pasado martes en Bruselas fueron interpretadas como un desaire. Y en la memoria de los estadounidenses está la afrenta que supuso la negativa de Robles a seguir con la venta de misiles y bombas teledirigidas a Arabia Saudí a comienzos de año.

Esa operación había sido firmada por el Gobierno del PP antes de la moción de censura, y la ministra intentó paralizarlas porque, alegó, servirían para bombardear a la población civil en el conflicto de Yemen.

Robles tuvo que rectificar ante la amenaza de los saudíes de suspender la compra de varias fragatas. Pedro Sánchez dio la orden de virar en redondo y la transferencia de armas se completó.

Ayer, Estados Unidos hizo correr una amenaza similar. Según fuentes militares del Pentágono, Navantia tiene interés en una oferta para construir veinte buques de guerra para la flota estadounidense y este nuevo desplante de España puede dejar fuera del concurso a la empresa pública española. Habrá que ver si esta vez también rectifica Sánchez y ordena las diferencias en las posturas de su gabinete.