El presidente italiano toma las riendas de la crisis ante la dimisión de Conte

Valentina Saini ROMA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Giuseppe Conte
Giuseppe Conte FILIPPO ATTILI | Efe

El primer ministro busca apoyos entre el Grupo Mixto para poder formar su tercer Gobierno de coalición

27 ene 2021 . Actualizado a las 08:44 h.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, presentó ayer su dimisión y acto seguido acudió al presidente de la República, Sergio Mattarella, para formalizarla. Puede parecer paradójico, teniendo en cuenta que hace tan solo unos días, Conte había obtenido la confianza de las dos cámaras del Parlamento. Sin embargo, el riesgo de «emboscadas» en el Senado (la coalición de centro-izquierda podía contar con menos votos que la oposición), y de no poder gobernar con tranquilidad, ha empujado a jugárselo todo.

Su dimisión es táctica. Conte podría seguir siendo primer ministro. De hecho, Mattarella le ha dado hasta el viernes para intentar formar un nuevo Gobierno: el «Conte ter» o Conte III (los políticos italianos tienen pasión por los números romanos y el latín). 

Será su tercer intento de formar una coalición estable, tras el fracaso de su primer Ejecutivo, formado por el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga de Mateo Salvini, y el Conte bis o II, gracias a acuerdo entre el M5E, Partido Democrático (centro-izquierda), Libres e Iguales (LeU, izquierda), que se fue al traste tras la salida de los ministros del cuarto socio, Matteo Renzi y su formación Italia Viva.

Con larga experiencia como hacedor de acuerdos, Mattarella comenzará hoy su ronda de consultas con los partidos para comprobar las posibles salidas a la crisis.

Que la Cámara de Diputados apruebe el nuevo Gobierno de Conte no será difícil, pero en el Senado el camino es cuesta arriba. Obviamente, no hay ni un solo senador de la extrema derecha (la Liga y Hermanos de Italia) dispuesto a apoyarle. Ni siquiera Matteo Renzi y sus 16 compañeros senadores están muy dispuestos a votar a Conte: al fin y al cabo, fue Renzi quien provocó la crisis.

Según dos diputados veteranos consultados por La Voz, «Conte y Renzi son como el diablo y el agua bendita, totalmente incompatibles. Renzi no soporta que Conte sea tan popular entre los votantes y sea la cara del centro-izquierda italiano». Renzi podría volver a apoyar a Conte solo con dos condiciones: un Gobierno más atento a las necesidades de las empresas, que Italia Viva defiende, y con un primer ministro «debilitado».

Renzi se alegraría aún más si Conte tirara la toalla y diera paso a un nuevo Gobierno de centro-izquierda dirigido por algún político de perfil más bajo. De este modo, él se convertiría en la auténtica clave de la política italiana, y podría ser decisivo en la elección del próximo presidente de la República.

En los sondeos, Conte sigue siendo muy popular entre los italianos, pero no lo es tanto en el mundo productivo y tecnocrático. Una parte de los empresarios critica las decisiones de su Gobierno, poco atento a las demandas de las empresas. Muchos periodistas y economistas liberales también han atacado al gobierno, acusándolo de «neoestatismo».

Por eso Conte está apostando, más que por Italia Viva, por los senadores neocentristas que forman parte del llamado Grupo Mixto:18 escaños ocupados por micropartidos, desde el representante de las minorías lingüísticas hasta el defensor de los intereses de los italianos en Sudamérica. Si Conte dejara de ser primer ministro, el riesgo de elecciones es muy real, y muchos de estos 18 senadores no serían reelegidos. También los de Forza Italia (el partido de Silvio Berlusconi) saben que para ellos una nuevas elecciones significan no ser reelegidos para la Cámara Alta, y algunos podrían estar tentados a apoyar a Conte. En definitiva, todo está todavía por decidir.

Conte, auténtica revelación de la política italiana

Giuseppe Conte ha sido una sorpresa para muchos. Cuando llegó a la escena política en junio del 2018, al frente del entonces Gobierno amarillo-verde, la coalición entre el Movimiento 5 Estrellas y el partido de extrema derecha Liga, era un completo desconocido en el mundo político. Ahora, según una encuesta realizada el lunes, el 56 % de los italianos quiere que el primer ministro sea él, de una manera u otra.

Nacido en 1964 en un pequeño pueblo de menos de 400 vecinos del interior de Apulia, una región del sur de Italia, trabajó durante años como abogado de empresa y profesor de Derecho en la Universidad de Florencia antes de llegar a la convulsa política italiana. De hecho, en su primer discurso se presentó como «el abogado del pueblo».

Muchos observadores políticos le reconocen haber aprendido rápidamente a desenvolverse en la compleja, a menudo inestable y volátil política italiana, y le atribuyen una gran capacidad de negociación. Tras sobrevivir a la caída de su primer Gobierno, y enfrentarse al estallido de la pandemia del covid-19, la peor crisis para Italia desde la Segunda Guerra Mundial, consiguió retomar el vuelo también hace unos días, después de que Italia Viva, el partido del ex primer ministro Matteo Renzi, retirara al apoyo a su actual gobierno.

No le faltan críticos, como los que en los últimos días le han reprochado su «transformismo», al haber pasado de liderar una coalición con un partido de extrema derecha, a una de centro-izquierda formada por el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático. Y los periódicos ya aluden al tercer gobierno que formaría si consigue ganar también este desafío, como a su «tercera vida». El riesgo de no salir ganador esta vez está ahí. Pero quizá la capacidad para sorprender de Giuseppe Conte no se haya agotado todavía.