Zemmour, Le Pen y Mélenchon siguen soñando con un «brexit» a la francesa
INTERNACIONAL
Tres de los principales candidatos a la presidencia gala dan la espalda a Europa
10 feb 2022 . Actualizado a las 08:49 h.Cuando preguntan a Eric Zemmour si se considera una especie de Donald Trump o de Matteo Salvini, que encarnaron otra forma de gobernar cuando llegaron al poder en Estados Unidos e Italia, el nuevo líder de la extrema derecha francesa prefiere identificarse con Boris Johnson. «Sin duda es de quien yo me siento más próximo cultural e intelectualmente, es un europeo como yo», declaró.
Sin embargo, a diferencia del primer ministro británico, Zemmour no quiere que Francia abandone la Unión Europea. No porque considere la construcción europea como la panacea de la organización política, sino porque sabe que los franceses no lo seguirán por el camino del frexit.
El líder de La Reconquista ha aprendido las lecciones de los errores cometidos por Marine Le Pen durante la campaña presidencial del 2017. Según Zemmour, Le Pen echó a perder su campaña al basarla en la salida del euro y de Europa dividiendo a sus potenciales electores. De ahí que él haya preferido apostar por la inmigración, porque piensa que sobre ese tema puede llegar a atraer a un 70 % de la población.
Esto no quiere decir que Zemmour abandone su idea de que Francia recupere su soberanía. Para lograrlo no se plantea salir de la Unión Europea, sino obrar desde el interior para frenar cualquier avance en la integración comunitaria e impedir que la Comisión Europea extienda sus competencias más allá de lo que indican los tratados.
Aunque no quiera hablar de frexit, de facto sus propuestas programáticas más importantes son incompatibles con la UE, como la disminución drástica de la inmigración familiar y del derecho de asilo, así como la supresión de las ayudas sociales a los extranjeros, o la revisión del artículo 55 de la Constitución francesa para que prime cualquier ley nacional nueva sobre el derecho europeo, a imagen de lo que ha hecho Polonia.
En la misma línea avanzan la ultraconservadora Marine Le Pen y el líder de la extrema izquierda Jean-Luc Mélenchon.
Hace cinco años, Le Pen decía que un 70 % de su proyecto no podía aplicarse si Francia permanecía en el seno de la UE, y Mélenchon ofrecía un plan B para acabar con los tratados europeos.
El problema es que, como confirman los sondeos, un 63 % de los franceses prefieren seguir siendo miembros de la Unión Europea, y sin ellos no podrán alcanzar el poder. Así que ambos candidatos han cambiado de táctica y ya no blanden el frexit, al menos de entrada, al mismo tiempo que hacen equilibrios para retener a los euroescépticos.
Mélenchon, fundador de La Francia Insumisa (LFI), ha pasado de decir que «Europa se cambia o se abandona», a optar por una desobediencia puntual, un «opt out». «Jamás aplicaremos en Francia un derecho menor del que nosotros tenemos», argumenta en el caso de que la UE se opusiese al contenido de su programa. Recurrirán además a la exención que se concede a un país que no quiere sumarse al resto de miembros sobre un tema en particular para evitar un bloqueo.
Por su parte, Marine Le Pen ya no habla de abandonar la Unión Europea, ahora quiere «ponerla en su lugar» a través de un referendo en el que los franceses puedan votar una modificación de la Constitución «indicando que todos los textos europeos que son contrarios a nuestra ley suprema, no son aplicables en el derecho interno francés».
Zemmour, Le Pen y Mélenchon dan por sentado que impondrán su programa aunque sea incompatible con los tratados de la UE.