Una legislatura con muchas dudas sobre su duración y gobernabilidad

Brais Suárez
Brais Suárez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Luís Montenegro compareció ante la prensa en la madrugada electoral.
Luís Montenegro compareció ante la prensa en la madrugada electoral. TIAGO PETINGA | EFE

Los presupuestos serán la asignatura clave para el futuro del líder conservador Luís Montenegro

12 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El líder conservador Luís Montenegro apostó por acercarse a los votantes moderados de centro: negarse a pactar con Chega. Una maniobra inteligente que arrebató electores indecisos al Partido Socialista (PS). Esta vez Pedro Nuno Santos no pudo jugar la baza, como había hecho dos años antes António Costa, de esgrimir la amenaza de una posible coalición entre Chega y Alianza Democrática (AD). Así que Montenegro se llevó la mayoría de los votos, pero ahora debe cumplir su promesa, y esa mayoría no le da para mucho más que reivindicarse dentro de un partido, que aún albergaba dudas sobre él y su estrategia.

Solo hay tres posibilidades para una mayoría estable. Una, que descarta Montenegro, es pactar con Chega; otra, que AD llegue a un acuerdo de mínimos con los socialistas —a lo que estos se niegan— y la última es que PS y Chega se unan, algo impensable.

En ese sentido, Montenegro cuenta con varias ventajas. La primera es el enorme hastío que estas elecciones han producido a la sociedad y a los políticos, así como las pocas ganas que todos tienen de que se repitan. Ningún partido, y mucho menos los socialistas, querrían ser culpados de una eventual repetición electoral, con la consiguiente parálisis política y administrativa que Portugal no se puede permitir.

En el caso de no salir adelante la opción de Montenegro, Rebelo de Sousa estaría obligado a disolver el Gobierno y nombrar un primer ministro provisional para convocar elecciones —la Constitución obliga a esperar seis meses desde el comienzo de una legislatura para convocarlas—, lo que conduciría a nuevas elecciones a finales de año.

Por eso, Montenegro debe comenzar a tantear cómo se plantea su investidura, ya sea con la abstención de la izquierda o la derecha. Será difícil que Chega obtenga algo de Montenegro, dados los precedentes. La máxima aspiración de Ventura es obtener carteras ministeriales, y no pequeñas medidas en los presupuestos. Su mayor dilema será cómo actuar en las votaciones.

Una ventaja para el conservador es que los socialistas y los populistas los que tendrán que vérselas para gestionar una oposición en la que no acaben unidos en sus negativas sistemáticas al Gobierno. Por eso, sonó inocente Montenegro cuando recordó que «a todos se exige que den al país condiciones de gobernabilidad y estabilidad» para «cumplir aquello que fue la palabra del pueblo portugués». 

El precedente de Cavaco

Luís Montenegro se da por hecho que recibirá el encargo de Rebelo, y, a partir de ahí, deberá hacer malabares para mantenerse en el poder. «El escenario es que Alianza Democrática intentará gobernar en minoría, con la secreta esperanza de que la oposición lo bloquee casi todo y pueda ir a elecciones para ganar entonces por mayoría absoluta, como ocurrió con Aníbal Cavaco Silva en 1985», comenta una fuente. Pero esto también se aplica en el sentido contrario. Santos, como líder de la oposición, se sitúa en una postura cómoda para aprovechar posibles crisis de gobernabilidad del centroderecha.

En la práctica, comienza una legislatura en que las tres principales fuerzas políticas actuarán ya pensando en la siguiente.