El helicóptero del ejército que chocó contra el avión de pasajeros en Washington podía estar volando por encima de la ruta aprobada
INTERNACIONAL
Pidió permiso para usar una trayectoria concreta pero acabó impactando con el jet de American Airlines a 800 metros de distancia y 100 pies más arriba del corredor marcado
31 ene 2025 . Actualizado a las 13:36 h.El helicóptero militar que chocó con un avión de pasajeros de American Airlines en Washington podría haberse salido de la ruta previamente aprobada desde la torre de control. Según cuatro fuentes consultadas por The New York Times, no autorizadas a hablar públicamente, el Sikorsky UH-60 Black Hawk podría estar volando demasiado alto y fuera de la trayectoria de vuelo marcada, porque se suponía que en el momento del impacto el helicóptero iba a estar más bajo y lejos de la intersección con la ruta del avión mientras atravesaba el concurrido espacio aéreo nacional del aeropuerto Ronald Reagan.
Antes de que un helicóptero pueda entrar en un espacio aéreo comercial concurrido, debe obtener la aprobación de un controlador de tráfico aéreo. En este caso, el piloto del helicóptero pidió al controlador permiso para utilizar una ruta específica y predeterminada que permite a los helicópteros volar a una altura no superior a 200 pies y que bordea la orilla este del río Potomac, un lugar que le habría permitido evitar el avión de American Airlines.
Esa ruta concreta, la llamada Ruta 4 en Reagan, seguía un camino específicamente trazado que ya conocían el controlador de tráfico aéreo y el piloto del helicóptero. El piloto del Black Hawk confirmó que tenía a la vista el avión de American Airlines y el controlador de tráfico aéreo le ordenó que siguiera la ruta y pasara por detrás del avión. Pero según estas fuentes conocedoras de la situación y citadas por The New York Times, el piloto del helicóptero no siguió la ruta prevista. Cuando ambas naves chocaron, el helicóptero estaba a más de 300 pies, no por debajo de los 200, y estaba al menos a media milla, unos 800 metros, de la ruta aprobada.
El funcionario explica en este medio que los pilotos del Black Hawk habían volado por esta ruta en anteriores ocasiones y eran muy conscientes de las restricciones de altitud y el estrecho corredor aéreo en el que se les permitía volar cerca del aeropuerto.
Falta de controladores
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte ha anunciado a través de su cuenta de la red social X que ya tiene a su disposición «la grabadora de datos de vuelo y la grabadora de voz de la cabina», las conocidas comúnmente como «cajas negras», listas para analizar en su laboratorio, situado a menos de dos kilómetros del lugar del accidente.
Serán ellas las que den más pistas sobre las causas del accidente pero por ahora se señala ya que a la hora del accidente, en la torre de control del aeropuerto no estaba trabajando el personal suficiente.
Según el informe preliminar de la Administración de Aviación Federal, la torre de control del aeropuerto Ronald Reagan, encargada de dirigir el vuelo comercial siniestrado, no tenía la dotación de personal «normal para la hora del día y el volumen de tráfico» cuando se produjo el accidente. Había un solo controlador guiando aviones y helicópteros cuando lo habitual es que haya un encargado para cada tipo de aeronave, una situación habitual en una torre de control que, según el último informe remitido al Congreso, del 2023, tiene un tercio menos de los trabajadores que le corresponden.
Según ese documento, habría sido un supervisor de control de tráfico aéreo quien habría combinado ambas tareas (gestión del tráfico de helicóptero y control de aviones) en algún momento antes de las 9:30 p.m. y permitiendo así que un controlador de tráfico aéreo se fuera antes, según fuentes citadas por el New York Times.
Un estudio de agosto de 2023 de este periódico ya alertaba de que muchos controladores se veían forzados a hacer jornadas de 10 horas durante seis días a la semana. La investigación hizo mejorar la situación pero no sería todavía suficiente: de las 30 plazas necesarias para el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington (DCA), apenas 25 están cubiertas.
Esa situación es especialmente alarmante por las características del espacio aéreo de la capital estadounidenses, muy reducido y con un tráfico aéreo muy elevado entre los aviones comerciales y el dispositivo de seguridad que sobrevuela Washington, que se calcula que llega a más de 100 helicópteros al día.
Según el The Washington Post, las advertencias de seguridad y los escenarios de incidentes son tan frecuentes en el cielo de Washington que el día antes del accidente «se tuvo que abortar un aterrizaje en el (aeropuerto) nacional (Ronald Reagan) para evitar una colisión con un helicóptero».