El helicóptero del accidente de Washington pudo haber seguido una ruta indebida

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La torre de control del aeropuerto Ronald Reagan, en Washington D. C.
La torre de control del aeropuerto Ronald Reagan, en Washington D. C. JIM LO SCALZO | EFE

Trump asegura que el Black Hawk volaba «demasiado alto» cuando colisionó con el avión

01 feb 2025 . Actualizado a las 12:20 h.

El helicóptero militar que chocó con un avión de American Airlines en Washington podría haber volado siguiendo una trayectoria indebida. El viernes, mientras en la capital federal continuaban los trabajos en torno a los restos de las aeronaves, Donald Trump se pronunció sobre el accidente afirmando que, a su juicio, «el helicóptero Black Hawk volaba demasiado alto», una hipótesis con la que concordaban varias fuentes anónimas citadas por el New York Times y que los investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB por sus siglas en inglés) tendrán que poner a prueba ahora.

El mandatario, que el jueves buscó culpar del accidente a la Administración anterior, se descolgó con su declaración en Truth Social, su red social. Lo hizo, a pesar de que aún no está confirmada la causa del siniestro. «El helicóptero Black Hawk volaba demasiado alto, por mucho», escribió el magnate que quiso especificar después: «Muy por encima del límite de 200 pies [en torno a 61 metros]. Esto no es realmente difícil de entender».

Trump no es el único que aventura esta hipótesis. Según declararon cuatro fuentes anónimas al New York Times, el helicóptero podría haber seguido una trayectoria indebida y volar demasiado alto. En concreto, la aeronave habría volado a 300 pies, en vez de a los 200 que le correspondía y se había desviado al menos media milla (unos 800 metros) de la ruta que debía seguir. Además, los tripulantes habrían desoído las órdenes de la torre de control, que les confirmó la presencia del avión de American Airlines.

MEDIDAS

Las autoridades restringen el vuelo de autogiros cerca del aeropuerto

La Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA) ha impuesto nuevas restricciones a los vuelos de helicópteros en zonas de Washington próximas al aeropuerto Ronald Reagan, según informaron ayer medios locales. Un agente de la FAA citado por la cadena NBC News indicó que las restricciones afectan directamente a dos rutas de helicópteros cerca de ese aeropuerto. La zona 1, que cubre el espacio aéreo entre algunos de los puentes que cruzan el río Potomac, actualmente no está activa, mientras que en la zona 2 los helicópteros solo tienen permitido volar al sur del puente Woodrow Wilson. La FAA precisó a los medios que se aplicarán excepciones en casos de evacuaciones médicas o de operaciones de las fuerzas de seguridad.

La teoría se ha adelantado a los esfuerzos de los investigadores de la NTSB por esclarecer las causas de la colisión. En las aguas del río Potomac, los trabajadores de la NTSB recuperaron ayer la caja negra del aparato de American Airlines. Ahora, tienen un plazo de 30 días para publicar un informe preliminar con sus conclusiones.

Con todo, el aeropuerto Ronald Reagan de Washington D.C. no operaba en las mejores condiciones. El aeródromo tiene uno de los espacios aéreos más congestionados del mundo, una condición sobre la que varios legisladores y expertos en aviación ya habían llamado la atención en el pasado. A pesar de ello, la instalación seguía añadiendo vuelos a su oferta, como los 10 adicionales diarios que sumó en el 2024.

Además, según las conclusiones de un informe preliminar de las autoridades, la dotación de personal de la torre de control la noche del accidente no cumplía con los protocolos exigidos. Había al menos un caso en el que un empleado realizaba las labores de dos. Solo un día antes del desastre, el aeropuerto vivió un conato de accidente, algo frecuente en los últimos años.

Por otra parte, aunque el presidente de EE.UU. ha tratado de asociar la responsabilidad del accidente a las anteriores Administraciones demócratas, su actividad legislativa ya ha afectado a la industria aérea del país. La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) tiene un número considerable de puestos vacantes tras los despidos que la Casa Blanca ha ejecutado desde el 20 de enero y su principal puesto directivo, el de administrador de la FAA, todavía no cuenta con un candidato confirmado por el Senado.