Noche de vértigo en Inglaterra: la extrema derecha gana las primeras elecciones parciales al Parlamento por seis votos
INTERNACIONAL

Reform UK, del populista Nigel Farage, se impone por un margen mínimo en Runcorn y Helsby, un escaño hasta ahora del laborismo, y compite por cientos de concejalías en 23 municipios
02 may 2025 . Actualizado a las 12:09 h.Reform UK, el partido de extrema derecha del populista Nigel Farage, se ha impuesto por solo seis votos en las primeras elecciones parciales al Parlamento en Inglaterra. La formación se ha hecho con el único escaño que se jugaba en las urnas, el de la demarcación de Runcorn y Helsby, que hasta ahora había sido un puesto seguro para el Partido Laborista. Inglaterra convocó este jueves a las urnas a los vecinos del citado distrito y de 23 municipios donde se han elegido seis alcaldías y 1.641 concejales. Los laboristas han aguantado someramente el tipo mientras los conservadores han sufrido un importante desgaste. Su desplome ha beneficiado a los reformistas, que registran un avance sustancial en los ayuntamientos.
Ha sido una noche de vértigo en Runcorn y Helsby. A las cuatro de la madrugada solo cuatro papeletas separaban a la candidata de Reform UK, Sarah Pochin, de la laborista Karen Shore. En la junta electoral del distrito empezaron a revisarse casos anteriores de empate técnico en unas elecciones paea saber qué hacer. En el 2017 se dio uno en Northumberland.
Incluso, ha habido un momento en que se ha pensado que la propiedad del escaño en juego terminaría resolviéndose lanzando una moneda al aire o sacando el nombre del ganador de una bolsa. Poco después, la junta ha reclamado la presencia de las candidatas y los agentes de cada partido para un segundo recuento. Sobre las siete de la mañana (las 6.00 horas en el Reino Unido), el segundo escrutinio ha confirmado por fin a la ganadora: Sarah Pochin ha cosechado 12.645 votos frente los 12.639 de Karen Shore. Los conservadores se han quedado en 2.341 votos.
Mientras los interventores bostezaban y daban muestras de fatiga sin disimulo ante las cámaras, Neil Farage ha acompañado a su candidata en la certificación de su triunfo con signos de entusiasmo. El líder populista hacía gestos de satisfacción mientras alzaba seis dedos para destacar la media docena de votos que dan a su partido un triunfo sobre todo alegórico. Runcorn y Helsby ha sido un escaño laborista por definición. Su anterior ocupante fue el diputado Mike Amesbury, que se vio obligado a dimitir tras una condena a diez meses de cárcel suspendida por golpear a un elector en plena calle.
«Lo que envía (el resultado) es un mensaje no solo desde aquí, sino a todo el país, de que ahora somos la oposición al Partido Laborista, que está en el Gobierno», ha declarado Farage en relación a un balance electoral que mejora muy notablemente los resultados de Reform UK respecto a las elecciones generales y muestra un desplome del segundo partido en el país, los conservadores. «Basta de fracasos conservadores, basta de mentiras laboristas», ha proclamado por su parte Sarah Pochin, quien ha mostrado su convencimiento de que su jefe será el «próximo primer ministro» del Reino Unido.
Dos alcaldías
Las elecciones no solo han sido favorables al populismo de extrema derecha en el Parlamento, sino también en las municipales. Los laboristas conservan, por el momento, tres alcaldías y Reform UK aspira a dos y a ganar cientos de concejales, lo que supondría multiplicar una presencia municipal de la que ha carecido hasta el momento. Este hecho favorece los planes de Farage, que atribuyó su escaso eco en las generales de 2024, donde logró cinco escaños pese a que sus aspiraciones eran mucho más amplias, a la falta de «soldados de a pie». Ahora quiere montar una amplia red de políticos y colaboradores de base para atraer simpatizantes en la mayoría de las poblaciones del Reino Unido. con vistas a los próximos comicios.
Los resultados de este jueves no alteran el panorama político nacional. En realidad, es una convocatoria minúscula, pero entre los británicos se ha interpretado como una toma de temperatura sobre el bipartidismo y la aceptación de los dos grandes partidos históricos cuando aún no se ha cumplido un año del nuevo Gobierno. También ha sido la primera prueba de fuego para sus líderes: Keir Starmer y Kemi Badenoch, la novísima jefa de los tories.
Los laboristas parecen haber tomado nota rápidamente. «Las elecciones parciales siempre son difíciles para el partido en el Gobierno», ha señalado un portavoz del partido, quien admite que «los votantes siguen, con razón, furiosos con la situación del país tras 14 años de fracaso y esperan que el Gobierno avance con mayor rapidez» en su programa de cambios. «Iremos más allá y con mayor velocidad», ha prometido.
En el lado conservador, la consternación es patente este viernes por el desplome de votos. Sus responsables se preran para reconocer una caída de apoyo en la mayoría de los municipios en juego, donde todavía sigue el recuento. El ejemplo más claro del retroceso se aprecia en Great Lincolnshire, donde la reformista Andrea Jenkyns gana ya por 71.265 votos frente a los 41.185 votos del Partido Conservador y los 22.260 de los laboristas. Andrea Jenkyns fue diputada tory hasta que el año pasado decidió cambiarse a la formación de Farage.